Intervenciones telefónicas, indicios balísticos, pertenencias de las víctimas y hasta un tatuaje fueron parte de las evidencias que usó la Fiscalía.
Dos años y cuatro meses después de la masacre de Llano Bonito, en Buenos Aires de Puntarenas, el caso tuvo una fuerte sentencia contra los dos autores del tiroteo que arrebató seis vidas inocentes en una finca. Se trata de uno de los hechos más impactantes de la historia reciente del país.
Las víctimas fueron Stephen Paul Sandusky, de 61 años y dueño de la propiedad ubicada en el distrito de Brunka; César Mauricio Quesada Cascante, un mecánico de 44 años, su esposa Claudia Alina Villarevia Rivera, de 41 años y el hijo de ambos Daniel Mauricio Quesada Villarevia de 20 años. Esta familia vivía en La Bonita, en San Isidro de El General.
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También murieron Susan Anyelic Zúñiga Rodríguez, de 40 años, trabajadora de una universidad privada, y Willy Alfredo Borbón Muñoz de 38 años.
Tras el crimen, los familiares relataron que Quesada iba a la finca porque reparaba maquinaria de Sandusky y además tenía buena relación con él. El 17 de octubre del 2021, fue al sitio con su esposa y uno de sus hijos e invitaron a Zúñiga y Borbón. Al día siguiente, todos fueron hallados sin vida y con impactos de bala.
Los informes de la Policía Judicial, en la voz del entonces director Walter Espinoza (ya fallecido), indicaban que las víctimas no tenían relación con ningún tipo de actividad delictiva y que se descartaba la venganza como un motivo para el brutal ataque.
La condena y las pruebas
Este 27 de junio, en los Tribunales de Pérez Zeledón, dos hombres de apellidos Saldaña y Rojas fueron condenados por este asesinato múltiple y un homicidio más ocurrido en diciembre del 2021 en perjuicio de un guarda.
A los dos acusados les dictaron la pena de 215 años y tres meses de prisión. “Según lo establecido en el artículo 51 del Código Penal, queda en 50 años de prisión para cada acusado”, dice el reporte del Poder Judicial.
Las autoridades lograron la detención de los sujetos en julio del 2022, cuando realizaban un operativo en los distritos de Brunka y Volcán.
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En entrevista con Noticias Columbia, Edgar Ramírez, fiscal Adjunto de Pérez Zeledón detalló los elementos claves en la investigación que permitieron detener y enjuiciar a Saldaña y Rojas. Las intervenciones telefónicas, los indicios balísticos, la venta y hallazgo de pertenencias de las víctimas, entre ellas anillos, y hasta un tatuaje que se realizó uno de los acusados fueron parte de las evidencias que usó la Fiscalía.
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Escuche aquí la entrevista completa:
Ramírez elogió la investigación del OIJ y la calificó como de primer nivel debido a su complejidad. También describió como excepcional el trabajo de las fiscales que le acompañaron en le juicio.
El fiscal explicó que los sujetos cometieron la masacre de Buenos Aires y otros dos crímenes (aunque en juicio los absolvieron de uno) con el fin de cometer robos. Buscaban armas de fuego para luego venderlas. Ambos tienen experiencia en cacería e incluso se llegó a ubicar un árbol al que disparaban para sus prácticas de tiro.
“Después de la masacre, uno de los imputados se tatuó un arma de fuego acompañada de seis cruces que simbolizaban, en este caso, la muerte de la seis personas de la masacre de Llano Bonito”, relató.