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Steven Segura “ganarme la lotería me complicó la vida”

by Katherina Bonilla

Este viernes el acumulado de los chances le traen un premio de ¢1.316 millones, que se divide en 22 fracciones

Noticias Columbia conversó vía telefónica con Steven Segura quien el 19 de diciembre del 2010 se convirtió en el millonario de la lotería navideña, ganando 1.000 millones de colones y pensó que su vida estaba solucionada, sin embargo, nos mencionó que días después todo se convirtió en una pesadilla, ya que sufrió extorsiones y hasta problemas de salud.

Indicó: “mis problemas se hicieron mucho mucho más grandes se me complico hasta el punto de que yo sufrí un infarto 6 meses después de haberme ganado la lotería me operaron, como tenía más acceso a cosas materiales podía trasnochar más, podía sin ningún resentimiento viajar más irme a otro país de la noche a la mañana, se me acerco gente con muy muy malas intenciones”.

Hoy casi 13 años después, Steven no cuenta con un solo colon de los mil millones que gano ese mes de diciembre, además nos indicó que en este momento hubiera preferido no haberse ganado la lotería.

Manifestando: “la vida se me hizo mucho más complicada, yo tenía proyectos a futuro cuando me gane la lotería, por ejemplo yo iba a la universidad, quería estar mejor, por mi y por mis hijas crecer profesionalmente, pero cuando me dieron mil millones de colones para que estudiar, para que crecer, si yo decía que mi vida estaba resuelta y no fue así cada vez me traía más problemas, entonces todo aquel crecimiento profesional  que yo había proyectado antes de tener tanto dinero se frenó, se corto y hoy estoy en otro país en situación irregular trabajando en una lavandería y a veces hasta en restaurantes”.

Este costarricense le da una serie de consejos a las personas que podrían convertirse en los próximos millonarios en el país, en el momento en el que salga esa bolita del acumulado.

 Agregó: “La persona que se gane un premio tiene que ir con cautela, no debe contarle a nadie, incluso personas cercanas van a querer sacar ventaja, no andar repartiendo dinero para que los vean y si quieren que este dinero les dure, hay que ir a terapia psicológica y hacer de esta una necesidad de la canasta básica”.

Don Steven tiene un año viviendo en Estados Unidos e indica que lo más difícil de todo lo que ha perdido y sacrificado, es no poder ver a sus dos hijas

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