Principales señalamientos desde la oposición exigen que el mandatario no transfiera responsabilidad en lucha contra el crimen organizado a otros poderes de la República.
Los señalamientos de parte de la Asamblea Legislativa al presidente de la República, Rodrigo Chaves, no se hicieron esperar luego de que este trasladara la responsabilidad de resolver los problemas de la seguridad en el país al Congreso.
Las críticas llegan porque, según la Constitución Política, es al mandatario a quien le corresponde atender los temas relacionados con la seguridad nacional.
Sin embargo, no es la primera vez que se presentan señalamientos en contra de un presidente por, presuntamente, dar parte de sus obligaciones a otra persona o poder.
Por ejemplo, cuando Carlos Alvarado conformó un equipo de gobernanza, en el cual nombró al entonces ministro de Obras Públicas y Transportes, Rodolfo Méndez y así con otros gobiernos.
Según el politólogo, Sergio Araya, el propio sistema presidencialista limita que los mandatarios transfieran sus deberes.
“Este régimen le da al titular del Poder Ejecutivo una doble condición. Le da la jefatura de estado y la jefatura de gobierno. Por tanto, en esa potestad, tiene a su cargo desde el manejo de las relaciones internacionales, en coordinación con el ministro del ramo, hasta la seguridad pública con el ministro. Entonces, no es una cuestión de que usted pueda simplemente transferirle a alguien las responsabilidades y, mucho menos, a otro poder del que usted no tiene directa injerencia”, explicó Araya.
Para la analista política, Kattia Benavides, esta situación también genera un desgaste importante en los gobernantes de los distintos poderes que dejan de asumir sus funciones, lo cual se traduce en un descontento popular con el sistema y la institucionalidad.
“Lo que puede darse, volviendo a los antecedentes, es que ocurra una deslegitimación del poder como tal que tienen nuestros principales jerarcas u operadores políticos, donde no asumen esa responsabilidad y más bien el ciudadano empieza a asumir una posición de que no está funcionando el Gobierno como tal o el poder la República como tal”, mencionó la especialista.
Benavides agregó que las constantes confrontaciones entre poderes derivan en una mayor dificultad para poder gobernar.
“En el momento en que no existe esa comunicación efectiva, por medio de los poderes, lo que se genera es una ingobernabilidad. Eso puede hacer pensar al ciudadano que no se le están atendiendo los problema, que no se le están resolviendo las necesidades que tiene en un tema de seguridad, que es tan delicado para la población en este momento, más con los datos que tenemos tan alarmantes”, destacó Benavides.
¿Nos funciona el sistema presidencialista?
Sobre esta misma aparente ingobernabilidad, que se arrastraría desde hace varias administraciones, para Araya podría ser una oportunidad para reconsiderar un nuevo sistema de gobierno en el país.
“Pasado este espacio de tensión y crispación, es un momento oportuno para comenzar a replantear el diseño jurídico-institucional que tenemos, porque pudiera ser que se considere o que se pueda migrar a otro régimen, digamos semipresidencialista o parlamentario en forma más macro, o inclusive manteniendo el sistema presidencialista, tratar de buscar cómo darle mayor espacio de gestión a quien al Poder Ejecutivo”, mencionó el analista.
Por el contrario, Araya agregó que también se podría “blindar más estos mecanismos de control que limitan el margen de maniobra del Ejecutivo, pero entonces transmitirle a la ciudadanía lo que realmente está en condiciones de hacer un Ejecutivo y no crear unas expectativas que, inclusive, presionan de parte de la ciudadanía a ese Ejecutivo exigiendo cosas que el mismo diseño no permite”.
Para el también politólogo, Mario Quirós, el sistema actual ha promovido una electoralización de la democracia, lo cual también afecta la gobernanza en el país.
“El sistema no le está sirviendo al país para salir adelante en los temas y hay que pensar en rediseñarlo. El sistema a quien le está sirviendo y lo digo con total crudeza, es para que las personas se reúnen alrededor de los partidos políticos puedan acceder a diputaciones. Esa es la realidad. Nuestro sistema y democracia están electoralizados en torno a llegar a 57 puestos”, afirmó el analista.
Eso sí, según Quirós, el caso actual con el mandatario Rodrigo Chaves no responde necesariamente a una idea de ceder poder, sino poder achacar culpas a otros actores del poder público.
“Él empezó, como parte de su estrategia y creo que, de alguna manera, así lo ha venido haciendo a tratar de deslindar las responsabilidades de cada poder, correcta o incorrectamente. Cuando ha tenido que endosarle lo que en su concepto es una responsabilidad del Poder Judicial, lo ha hecho. Cuando ha tenido que endosarle al Poder Legislativo responsabilidades, también lo ha hecho. Hay una diferencia enorme, que es que eso lo hizo cuando sus niveles de popularidad todavía eran muy altos”, manifestó Quirós.
