“Mi mamá fue una mujer muy visionaria y muy pionera en su trabajo. Ella trabajaba con la OMS e iba a países a hacer programas de salud. Ahora me doy cuenta que, en aquel tiempo, para una mujer eso era algo muy aguerrido y único”.
En el marco del Día de la Madre, conversamos con la escaladora costarricense Ligia Madrigal en nuestro programa Por Tres Razones.
La montañista es una deportista que ha destacado desde hace varios años y que tuvo un momento muy mediático durante el mes de marzo, cuando se quedó a pocos metros de llegar a la cumbre del Monte Everest.
Madrigal, quien es oriunda de San José, relató cómo se dio su inicio en el mundo de los deportes y otras actividades recreativas desde que era apenas una niña.
“Desde pequeña fui muy inquieta, muy activa. En aquel tiempo no existían los prekinder y maternales, entonces lo que mis papás encontraron para canalizar la energía que me caracterizaba, fue meterme desde muy pequeña a natación, desde los 4 años, y también a gimnasia olímpica. Desde muy pequeña empecé con el deporte y en la Escuela Lasalle, ellos tienen muy buenas instalaciones deportivas y ahí continué. Empecé a correr en el equipo de atletismo de la escuela y también gimnasia, luego fui porrista en el colegio”, contó Madrigal.
La montañista nacional señaló que su madre fue una gran referencia y un ejemplo para nunca sentirse menos por ser mujer, además de ser también un gran apoyo en su carrera como deportista.
“Mi mamá fue una mujer muy visionaria y muy pionera en su trabajo. Ella trabajaba con la Organización Mundial de la Salud (OMS) e iba a países a hacer programas de salud. Ahora me doy cuenta que, en aquel tiempo, para una mujer eso era algo muy aguerrido y único. Ese ejemplo que yo vi en ella de nunca hacerse por menos por ser mujer, sino siempre echar para adelante y hacer cosas importantes, sin importar qué género era, tal vez me inspiró a mí a nunca sentirme menos por ser mujer y nunca hacer diferencia a la hora de escoger mis deportes o actividades”, destacó la escaladora.
Como señalamos anteriormente, fue en el mes de mayo cuando Madrigal escaló el Monte Everest y que, por decisiones ajenas a su control, tuvo que desistir a su meta de llegar hasta la cima.
Sobre esta experiencia, la escaladora costarricense contó parte de las dificultades que atravesó y lo que la afectó estar cerca de un mes lejos de su familia, por primera vez en su carrera.
“A veces no tenía un día fácil. Tenía un día donde no me estaba sintiendo bien, me sentía sola y no tenía a quien recurrir para decirle que me diera un abracito. Era extrañar el doble a mi familia. Hablaba con ellos y cada vez que podía le mandaba un mensajito a Fer (Fernanda, su hija) para preguntarle cómo estaba, cómo le estaba yendo y sintiendo, que cuidara a su papá”, mencionó Madrigal.
Finalmente, la montañista nacional enumeró algunos de sus principales logros en su disciplina.
“Los Himalayas son las únicas montañas en el mundo que llegan a 8.000 metros sobre el nivel del mar. De ahí, la que le sigue es el Aconcagua, en Argentina, que son casi 7.000, esa la subí a inicios de año. Luego, en Bolivia hice dos de 6.000 y varios de 5.000. En Perú, hice otros de 5.000. En México hice las montañas más altas de México, que fueron mi primer nevado y lo repetí hace poco. Hice el Izta (Iztaccíhuatl), todas las montañas altas de Guatemala y de Costa Rica”, señaló la escaladora costarricense.
