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Hambre emocional: ¿Qué es y como impacta en el peso de los ticos?

by David Perez

Según Global Health Expenditure Database, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), para el 2060, Costa Rica se convertiría en el tercer país del mundo con mayor obesidad.

Uno de los factores que está impulsando el aumento en la obesidad y el sobrepeso en el país es el hambre emocional, según especialistas.

Esta situación es crítica. Según Global Health Expenditure Database, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), para el 2060, Costa Rica se convertiría en el tercer país del mundo con mayor obesidad, con una incidencia del 94%, por detrás de Samoa (97%) y Omán (95%).

La psicóloga clínica del Centro Especializado de Obesidad y Sobrepeso del Hospital Internacional La Católica, Adriana Vargas, explicó en qué consiste el hambre emocional.

“Podríamos definirlo como un proceso desorganizado de alimentación, por lo tanto, no es un trastorno alimenticio. Este implica una alta incidencia en sintomatología psicológica y comportamental. Este desajuste, en tanto las elecciones y cantidades de alimentos, se va a ver muy influenciado por nuestras emociones, entonces es un un problema importante en la autorregulación de las emociones, como tal. Es importante también tener contacto sobre la inteligencia emocional y es aquí donde todas las personas deberíamos de trabajar en pro de mejorar, de poder identificar, así como comunicar en forma asertiva, qué estamos sintiendo”, detalló Vargas.

Según la especialista, es importante tener claras las diferencias entre el hambre emocional y el hambre física.

“En muchas ocasiones, el hambre emocional es quien está premiando y reinando en nuestra toma de decisiones en ingesta alimenticia. La alimentación física es totalmente distinta a la del hambre emocional. Entonces, cuando yo tengo hambre emocional, de pronto, se da en forma repentina, súbita, no se acaba aunque comamos, no se extingue. Es muy importante identificarla como algo recurrente, pero sobre antojos específicos. Alimentación que tiende a ser bastante común, alimentos dulces, alimentos no sanos que no nos van a nutrir”, mencionó Vargas.

Además, la psicóloga detalló que existen consecuencias de salud que suelen manifestarse en personas que sufren de hambre emocional.

“El hambre emocional, como tal, no podemos dejar de mencionar que es un factor precipitante, predisponente para el aumento de sobrepeso y obesidad, así como también la presencia de factores que vayan a detonar en comorbilidades como presión alta, diabetes, problemas cardiovasculares. Las emociones van a estar siempre vinculadas a cualquier patología de las que se puedan ir presentando a lo largo de la historia clínica del paciente. Es ahí donde todos tenemos que hacer conciencia que el alimentarse no es solamente aislado nada más, en cuanto al hecho de la nutrición o la ejecución física, sino que también como base primordial es la parte emocional”, aseguró la especialista.

Finalmente, Vargas brindó una serie de consejos para aquellas personas que tienen problemas derivados del hambre emocional.

“Podríamos hablar de detectar cuáles emociones nos están reinando y nos están manejando en el día a día. Importante saber identificar cuál es mi manera de actuar cuando estoy muy enojada, cuando tengo mucho miedo, el poder anticipar y poder saber leernos, auto regularnos y tomar las decisiones más correctas sobre nuestra salud integral. Sabiendo esto, tenemos que trabajar en la prevención y estas prevenciones pueden ser abarcadas desde el hecho de trabajar nuestra salud emocional, desde la parte de conductual, desde el hecho de que tenemos que ejecutar acciones importantes como ejercicio físico y el que la persona así requiera acompañarnos de un factor protector a nivel social también es importante”, añadió la psicóloga.

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