En un Parque de los Príncipes decorado para celebrar, el PSG enfrentó a Le Havre con la posibilidad de dejar resuelta la Ligue 1. Le bastaba triunfar para hacerse matemáticamente inalcanzable para el segundo lugar, AS Mónaco, a falta de tres jornadas, pero su rival no quería ser “pato de la fiesta”. Así las cosas, el portero costarricense Keylor Navas sufrió los pocos, pero contundentes embates de un equipo que puso alma, vida y corazón en su lucha por no descender y salió con un punto de oro (3 a 3).
En la primera parte el “Halcón” tuvo que ir a sacar dos balones del fondo de lo cordeles. Primero, Christopher Opéri lo batió con un balazo cruzado dentro del área, pegado al tubo izquierdo (19′). Nada que hacer.
Luego, su excompañero en Nottingham Foresst, André Aywe, pegó un zurdazo que se desvió en Danilo y se introdujo lamiendo el mismo vertical (38′). Imposible.
En los dos disparos el “Halcón” se tendió con todo, pero la mezcla potencia + distancia +colocación inutilizó sus estiradas. En medio de los dos contrastes había anotado Bradley Barcola para los capitalinos (29′). Le Havre le aguaba la fiesta al PSG, que quería resolver y pasar a concentrarse 100% en la semifinal de UEFA Champions League, contra Borussia Dortmund.
Danilo consumaba su pesadilla, un partido para olvidar, cuando el VAR le señaló un penal que Abdoulayé Touré convirtió en el 1-3 incrustando la bola a la derecha de Keylor, quien eligió el palo izquierdo (60′).
París Saint-Germain no se rindió y Ashraf Hakimi descontó al 78′, asistido por Gonçalo Ramos. Las esperanzas renacían para los locales, en pos de dos goles para sentenciar la liga francesa. Al 90+4′ Ramos clavó el 3-3 de cabeza, salvando al menos un punto que matemáticamente no es suficiente para asegurar la copa.
El PSG le lleva 12 puntos de ventaja al Mónaco, al que le quedan 12 unidades por disputar. No es lo mismo ser “virtual” campeón que “oficialmente” campeón.
