Por lo visto en el Torneo de Copa 2022, que ganó brillantemente, Paulo César Wanchope evolucionó como técnico.
El “viejo” Wanchope era terco e inflexible, atrapado por un romanticismo granítico que no le permitía planteamientos cautelosos ni triquiñuelas poco estéticas, pero efectivas.
Jugaba siempre a la ofensiva, aunque su equipo no fuera el de mayor presupuesto ni el mejor conformado.
Prohibía a los juntabolas tardarse en devolver los esféricos, aún cuando le favoreciera a su equipo ganarse segunditos para sostener una ventaja mínima.
Así las cosas pasaron los años y, aunque se le reconocía su gusto por el buen fútbol y cierta valentía para jugar de poder a poder contra quien fuera y donde fuese, los resultados no se le daban y se le comenzó a colgar una nube encima: la del gran ex-jugador que luego no la “pega” como timonel.
Y, entonces, asumió por segunda vez las riendas del Cartaginés.
Y parece otro. Revolucionado. Evolucionado. “Chope 2.0”.
El “nuevo” Wanchope es más pragmático y menos romántico. Si tiene que meter el “bus” lo hace, pero jugando bien… Sin renunciar al contraataque, sin regalar totalmente la bola, pero sí conformando un bloque sólido, compacto, resistente, laberíntico, pero con descansos sosteniendo balón y medidas excursiones ofensivas.
Aún con múltiples bajas contra Saprissa en las semifinales, ausencias que se incrementaron hasta nueve en la ida de la final ante Herediano, “Chope” compensó con un sistema táctico hermético que complicó la vida a morados y florenses. Y, ojo, tibaseños y rojiamarillos les echaron todo el arsenal que tenían a disposición, sin contemplaciones.
En Tibás resistió un intenso asedio y terminó ganando 0 a 2, para luego liquidar en el “Fello” Meza con un 2-1 que no dejó dudas. En el global, Cartaginés le endosó un categórico 4×1 al actual campeón nacional de liga.
Lo más difícil sería la ida, contra Herediano, en el “Colleya”. Cartaginés no pudo contar con nueve jugadores, algunos de ellos supuestamente imprescindibles: Kevin Briceño, Carlos Barahona, William Quirós, Víctor Murillo, Michael Barrantes, Allen Guevara, Jeickel Venegas, Marcel Hernández ni Marco Ureña.
Y el asedio fue terrible, intenso, de 90 minutos y las reposiciones, todo el tiempo con el Team encima, y el Cartaginés defendiéndose como manigordo panza arriba. Al final, cayó 2-1, pero dejó la serie viva, la moneda en el aire, dejando con un sinsabor a Team a pesar de haber ganado. Herediano no lo pudo liquidar.
Y llegó la vuelta, en el “Fello”, con un ambiente que ahora se respira diferente. Después de romperse el hechizo de 81 años y cinco meses en julio pasado, ahora se siente fuerte el “sí se puede” en La Casa de don José Rafael.
Y sí se pudo. “Chope” mandó encimar con todo los primeros minutos y en solo cinco ya había dado vuelta al marcador, 3 a 2 global, tras lo cual procedió a blindarse para resistir los otros 85. Y, salvo un par de córners peligrosos, en el juego de pie a pie el Herediano no halló por dónde emparejar la serie.
Al parecer empaparse de Mundial, de las tendencias modernas del mejor balompié del orbe, le enseñaron que no necesariamente tener la bola y dizque “proponer” garantiza las victorias y que, por el contrario, la solidez defensiva es la “mamá” del mejor ataque… aquel que se produce cuando se recupera el balón y se halla al rival vulnerable, listo para pegarle donde más le duele.
Además del título, al Cartaginés le quedan al menos dos nuevos novatos prometedores, el contención Emanuel Chacón y el extremo Isaac París. Pero hay más. El mismo Paulo César está preparando a un quinceañero que le despierta grandes expectativas.
Le queda una banca confiable, capaz de suplir hasta nueve ausencias, y un once titular, que bien descansado y cuidado, promete. Promete. Y falta ver qué llega, además del confiable Bernald Alfaro. Le queda un cuerpo técnico vigoroso, con Randall Chacón y Luis Fernando Fallas en plena madurez, quienes sostuvieron muy firmemente el timón cuando Paulo se fue a nutrir del Mundial como todo un “FIFA Legend” que es.
Le queda un nuevo centro delantero, ¡Luis Ronaldo Araya!, quien hizo que no pesara la ausencia por lesión del histórico Marcel, maximo artillero extranjero de todos tiempos.
Bienvenido, “Chope 2.0”.
