Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) se opone a proyecto legislativo que pretende unir ambos comicios. ¿Qué razones dan?
A falta de poco más de tres meses para que el país viva unas nuevas elecciones municipales, la Asamblea Legislativa y los magistrados del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), mantienen diferencias sobre un proyecto que pretende unificar futuros comicios locales con el proceso electoral nacional.
Para conversar sobre esta y otras iniciativas, los diputados de la Comisión de Reformas al Sistema Político recibieron a los máximos representantes del órgano electoral.
Durante la sesión, la diputada del Partido Liberación Nacional (PLN), Andrea Álvarez, justificó su apoyo a la propuesta que pretende que tanto las elecciones municipales como las nacionales sean celebradas de forma simultánea.
“Con respecto a unificar las elecciones nacionales y municipales, yo estoy de acuerdo en que se unifiquen. Visto desde la perspectiva de un partido político, a mí lo que me preocupa es que si cada dos años hay un proceso electoral, los partidos están en permanente elección interna y la parte de capacitación permanente, formación y pensamiento queda un poco relegada a si tuviéramos más tiempo para dedicarnos a esos asuntos y pasar menos tiempo en la parte propiamente electoral”, argumentó la verdiblanca.
Por su parte, la presidenta del TSE, Eugenia Zamora, aseguró que la decisión de cambiar o no el momento de las elecciones municipales es de la Asamblea Legislativa, pero que están opuestos por motivos democráticos.
Además, detalló parte de las transformaciones que han tenido estos comicios durante los últimos años.
“Las razones del TSE hacen más bien a un modelo de democracia. Lo cierto es que cuando las elecciones generales existían, hasta el año 2002, se separan en la reforma del Código Municipal de 1998, lo cierto es que los gobiernos locales no existían. Nadie se fijaba en quién iba a ser elegido regidor, síndico, etc. Luego, se complejizó más esa reforma porque, no solamente se convierte el cargo del ejecutivo municipal en cargo de elección popular, se pasa a llamar alcalde y se establecen 10 meses después de la elección nacional en diciembre. Se vuelve a reformar el Código Municipal en 2007, se cambia la estructura de la cabeza del ejecutivo y se pasan las elecciones municipales a dos años después”, explicó Zamora.
Por su parte, el jefe del Despacho de la Presidencia del TSE, Andrei Cambronero, agregó que si las elecciones estuvieran unificadas, se podrían ver afectados los partidos políticos provinciales y cantonales.
De igual manera, argumentó que esta iniciativa no generaría ahorros para el TSE, ya que habría que ampliar el número de juntas receptoras de votos, entre otras razones.
“Resta importancia a los gobiernos locales como una figura constitucionalmente autónoma y relevante. También genera un desmejoramiento al principio de votante informado, ya que la ciudadanía debería participar en la elección de al menos seis papeletas distintas, con una gran cantidad de partidos políticos compitiendo y es difícil que, justamente, se tenga información de todas las propuestas si son tantas”, añadió Cambronero.
Finalmente, la politóloga del Observatorio de la Política Nacional, Eugenia Aguirre, explicó que la división en estas elecciones ocurrió debido a que no se quería que hubiera un voto “arrastre” que premiara a los partidos políticos más populares de la contienda nacional, en los comicios municipales.
“Las elecciones municipales se separaron de las elecciones nacionales en 2016. Eso quiere decir que no hemos llegado ni a tres elecciones municipales separadas de la nacional. Cuando pensamos en reformas electorales, es importante dimensionar cuál es el problema que vienen a solucionar y si son requeridas esas reformas de la normativa o si las necesidades de cambio o el problema que se presenta, corresponde a otros factores. Un elemento sustantivo es recordar por qué se separaron las elecciones municipales de las nacionales. El argumento principal era que la gente emitía los votos de la elección municipal como en un efecto arrastre de las tendencias en la elección nacional, es decir, de quiénes fueran más populares como candidatos a presidentes y vicepresidentes”, afirmó la politóloga.
