Si usted utiliza hisopos para limpiar sus oídos, existe la probabilidad de que la punta de algodón se pueda quedar atascada en el canal auditivo, según la optometrista y audióloga de Optiaudio de Costa Rica, Natalia Valenciano Campos.
La experta destacó que uno de los principales accidentes que se atienden en los consultorios es porque la cabeza del algodón se desprende del bastoncillo y queda incrustada en el canal auditivo. Pasado el tiempo, esto provoca infección, dolor, fiebre y en ocasiones sangrado, a lo cual el accidentado tiene que asistir de urgencia al hospital.
Otra consecuencia de que la punta del aplicador se quede introducida en el conducto del oído procede a la sordera temporal, puesto que el objeto interfiere en la captura del sonido con normalidad. Sin embargo, si no se sustrae a tiempo el hisopo, puede desencadenar complicaciones que terminan en pérdida de audición permanente.
La especialista calificó como consecuencia de mayor gravedad cuando el hisopo es protagonista de perforaciones en la membrana timpánica.
“El paciente, al estar agarrando confianza, se mete primero el hisopo afuera; después, un poquito más adentro, hasta que completamente llega a la parte más fuerte o lejana de la membrana timpánica y la puede perforar. Lo cual nos provoca sangre, nos provoca dolor y ya es una emergencia médica que hay que resolver con analgésicos, con antibióticos y se puede llegar a complicar a futuro con infecciones si no lo cuidamos a tiempo”, detalló Valenciano.
¿Qué son los hisopos y para qué se usan?
La cajita de hisopos es un accesorio higiénico compuesto por un bastoncillo con dos algodones en las puntas; por lo general, las personas los utilizan para limpiarse el interior de las orejas, cuestión que los profesionales no recomiendan.
La audióloga explicó la verdadera función médica que tiene el aplicador: “el hisopo se usa para curaciones oculares, o para hacer operaciones en bebés recién nacidos. Pero específicamente en los oídos no sirven absolutamente en nada”.
¿Qué función desempeña la cera?
La cera en los oídos, también conocido como “cerumen”, es un compuesto producido por las glándulas de los oídos para proteger el canal auditivo.
Según la especialista, la cera cumple tareas claves: “hidrata, lubrica, es un antibiótico natural, y además tiene otra función: es un agente protector contra cualquier cosa que quiera entrar en el oído. Por ejemplo, si nos va a entrar un insecto, este puede quedar atrapado en la cera si tenemos suficiente o, más que todo, puede hacer un efecto para que el animalito que entra pueda ser expulsado”.
¿Cuál es la manera correcta de limpiar el oído?
La audióloga explicó el correcto procedimiento para lavar los oídos: “vamos a agarrar nuestro dedo índice, lo envolvemos con un clínex y lo pasamos en la parte más externa que el oído pueda tener. El oído tiene un efecto de autolimpieza; este efecto va desde la parte más interna del oído y lo va sacando progresivamente hacia afuera. Entonces cuando nosotros limpiamos las zonas más externas, estamos limpiando la suciedad que expulsó la parte interna”, explicó la doctora.
La profesional de Optiaudio resaltó la importancia de cuidar meticulosamente el oído.
“Lo primero acá es tratar de conservar la audición hasta donde podamos humanamente. ¿Qué quiere decir esto? La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que naturalmente la audición se pierde después de los 75 años aproximadamente, de manera natural, por procesos de envejecimiento, pero los pacientes que normalmente tienen algún tipo de pérdida por complicaciones por uso de aplicadores, es una sordera que podemos evitar”, señaló la experta.
