Fiscalía y OIJ alegan que mujeres se hacían pasar por monjas. Un vocero de la Diócesis de Alajuela explica el contacto que había con la organización.
Autoridades judiciales informaron este martes que, entre las cinco personas detenidas por el caso de la Fundación Hogar Manos Abiertas, hay cuatro mujeres que se identificaban como monjas cuando no estaban reconocidas de esa forma por la Iglesia católica.
La Organización No Gubernamental atiende a menores de edad y adultos mayores en condición de vulnerabilidad o abandono. La Fiscalía investiga supuestos delitos de explotación laboral, maltrato o torturas y malversación de fondos.
El directivo de la Fundación, Edgar Rodríguez, dijo a Noticias Columbia que las mujeres son devotas de la Madre del Perpetuo Socorro y se encuentran en un proceso muy extenso para conformar una congregación que sea reconocida por la iglesia Católica.
Por esta razón, las consideran como religiosas y les llaman “hermanas”. Argumentó además que son conocidas por la Diócesis de Alajuela.
La Fiscal Adjunta de Probidad, Transparencia y Anticorrupción, Natalia Villalta afirmó que la investigación determinó que las mujeres “no tenían las ordenanzas de la Iglesia católica para ejercer esta función como monjas pero lo utilizaban como mampara para recaudar más fondos”.
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¿Qué dice Iglesia?
Ante estas circunstancias, conversamos con el padre Luis Hernández, vocero de la Diócesis de Alajuela, quien explicó cuál era la relación que se mantenía con este grupo.
El sacerdote aclaró que las mujeres estaban en un proceso para formar una asociación de fieles, paso que, posteriormente, les podría permitir tener aspiraciones de ser una congregación.
“Es importante ser conscientes de que la experiencia de Manos Abiertas y de estas hermanas que estaban llevando adelante esta experiencia no es nueva en la vida de la Diócesis. En algún momento ellas han participado de algunas experiencias diocesanas, formaciones, reuniones”, dijo.
Escuche aquí la entrevista completa:
Como parte del proceso que llevaban era esperable que procuraran aumentar el número de integrantes pues se trata de uno de los requisitos. De eso depende que, en el futuro pudieran consolidarse como un “instituto de vida consagrada” o “congregación religiosa”.
“Ha sido un proceso en el cual ellas han ido teniendo cierta presencia en la vida Diocesana y también cierto acompañamiento espiritual, pero únicamente en la parte espiritual”, explicó.
Ese acompañamiento incluía la celebración de misas en la capilla y confesiones.
¿Son monjas?
Una de las dudas más importantes que ha dejado este caso se centra en la condición de las mujeres investigadas. Por eso, consultamos al vocero de la Diócesis de Alajuela si se trata o no de monjas.
“En el sentido estricto de la palabra, como instituto de vida consagrada o como congregación propiamente, no están acreditadas; pero, obviamente al iniciar ese proceso de acreditación pues ya ellas tienen que ir de alguna forma como viviendo el carisma y la espiritualidad propia del instituto al cual van a pertenecer”, respondió.
“Eso implica que entonces incluso pueden tener una forma concreta de vestir, un carisma concreto ya sea de atención a los pobres, niños, ancianos…entonces parte también de esa estructura de las constituciones, que tiene que tener todo instituto religioso, implica también cómo van a vivir, cómo van a vestir y que de alguna forma, sin serlo, adquieran ese estilo de vida que quieren asumir”, añadió.
El sacerdote Hernández comentó que no es de extrañarse que ese estilo de vida implicara la elección de una vestimenta particular y el hecho de llamarse entre ellas como “hermanas”, no así monjas.
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Formación
El director del OIJ, Randall Zúñiga, aseguró que, en la Fundación, las supuestas monjas brindaban formación a otras mujeres quienes aspiraban también a ser religiosas. Por esa razón se les consideraba como novicias.
El vocero de la Diócesis aseveró que, en el proceso para acreditarse primero como asociación de fieles, las integrantes de Manos Abiertas debían ir agregando adeptas y así aumentar su número.
No obstante, el OIJ investiga si, en esa faceta, se cometieron delitos de explotación laboral en perjuicio de las aspirantes o si estas fueron engañadas de alguna forma.
Adicionalmente las sospechosas enfrentan cargos por presuntos maltratos físicos a menores de edad y el uso indebido de fondos públicos.
¿Qué pasará ahora?
Consultamos al padre Hernández si la investigación judicial puede interrumpir el proceso que llevaban las mujeres de la Fundación para convertirse en asociación de fieles. Respondió que, de momento, aguardan por las resoluciones que tomen las autoridades, entre ellas, las medidas cautelares.
“Estamos a la espera de lo que las autoridades judiciales determinen y a la luz de lo que determinen los procesos la Diócesis tomará algunas medidas concretas”, señaló.
