El embarazo y parto a temprana edad puede tener consecuencias físicas y psicológicas e impactar sectores de la vida de la madre como la educación.
La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) anunció una importante disminución en la cantidad de madres adolescentes en el país. En el 2022 hubo 4.935, un 9.23% del total de nacimientos. Hace 11 años, en 2012, el panorama era muy distinto, el 19,3% de los nacimientos totales fueron de madres adolescentes.
Estrategias implementadas por la CCSS, como un proceso de capacitación y sensibilización a los funcionarios para brindar la consejería y prescripción de métodos anticonceptivos y de protección sexual a toda la población, la ampliación de la oferta anticonceptiva y el trabajo con otras instituciones para juntos prevenir el abuso y el embarazo en la adolescencia, han logrado esta reducción, de acuerdo con la Dra. Nineth Alarcón, del Programa para la Atención Integral a la Adolescencia.
El embarazo y parto a temprana edad puede tener consecuencias tanto físicas como psicológicas y alejar a la adolescente del sistema educativo.
Impacto físico
El ginecólogo y especialista en embarazos de alto riesgo de UCIMED, Yader Sandoval explicó que este tipo de embarazos tienen un impacto en la anatomía de las madres y las vuelve más propensas a complicaciones durante el proceso.
“Las menores de 18 años no han completado aún su desarrollo anatómico a nivel pélvico. Por lo tanto tienen mayores posibilidades de sufrir complicaciones médicas como preeclampsia, bebés con restricciones del crecimiento intrauterino y una tendencia a producir partos pretérminos es la consecuencia física que tendríamos de el embarazo”, explicó el doctor.
En temas del parto, detalló que hay mayor tasa de cesáreas, hay mayores desgarros producto de la falta de desarrollo.
Impacto psicológico
La psicóloga Paola Vargas, detalló que un embarazo adolescente afecta la parte psicológica de la madre. Uno de los síntomas que se pueden presentar es ansiedad por lo inesperado que puede ser el embarazo, al igual que cuadros de depresión. Otras consecuencias mencionadas por la psicóloga son tristeza, pérdida de interés, irritabilidad y sentimiento de culpa.
De acuerdo con Vargas hay situaciones que convierten a las jóvenes en personas más propensas a un embarazo adolescente, tales como bajo nivel socioeconómico o educacional y la normalización del embarazo a edades tempranas en su familia o de relaciones impropias. La psicóloga destacó la importancia de conversar sobre sexualidad con las jóvenes, como una gran manera de prevención.
“Es importante tener espacios de confianza donde podamos explicar cuáles son los métodos anticonceptivos que existen, cuáles son los riesgos como una enfermedad venérea, cuáles son todos los riesgos a nivel emocional que se pueden enfrentar. Sería sumamente importante que esto sea una comunicación abierta, entendiendo que la sexualidad no tiene que ir de la mano de un tema erótico sino viéndolo como una parte del ser humano que existe que es una realidad”, manifestó Vargas.
¿Y el sistema educativo?
Otro aspecto que se puede ver afectado con un embarazo adolescente es el desarrollo educativo de la madre, y la especialista en educación y adolescencia, Rocío Solís, afirmó que se pueden cortar las oportunidades de desarrollo de las adolescentes.
“Desvincularse del sistema educativo va a ser un obstáculo para que puedan culminar su educación formal y esto repercute porque van a tener menores posiblidades laborales, ya que quedan con un nivel académico. Generalmente estas muchachas, una vez que tienen a su bebé no siguen estudiando porque se les se les dificulta mucho”, explicó Solís.
En concordancia con la psicóloga, Solís comenta que la educación sexual y afectiva en los hogares tiene un papel sumamente importante para prevenir los embarazos en adolescentes. Pero, el sistema educativo también tiene responsabilidad en reforzar la educación para la afectividad y la sexualidad.
