Ministerio de Hacienda anunció que este indicador se ubicó en el 61.1% para el cierre del 2023, 1.1 puntos porcentuales por encima del límite para flexibilizar medidas de regla fiscal.
En la conferencia de prensa, posterior al Consejo de Gobierno de este miércoles, el Poder Ejecutivo dio a conocer las cifras fiscales más significativas del año anterior.
Dentro de los detalles más destacados, se encuentra la obtención de un superávit primario de 1.6% del Producto Interno Bruto (PIB), de esta manera, se alcanza un segundo año consecutivo en el que los ingresos superan a los gastos sin intereses.
El ministro de Hacienda, Nogui Acosta, aseguró que el Gobierno ha hecho un esfuerzo para contener el gasto público, lo que refleja estos resultados a nivel fiscal.
“El esfuerzo del país ha sido un trabajo mancomunado de todo el Gobierno, en donde los resultados lo que reflejan es un uso eficiente de los recursos, pero sobre todo un compromiso con la estabilidad económica. Lo acaba de decir muy bien el presidente, la razón por la que Argentina hoy está en una situación es por tener un gasto público desbocado y nosotros hemos logrado contener esto. Este segundo año de gobierno, 2023, logramos un superávit primario de 1.6, dos años seguidos. Desde hace 13 años no se tienen dos años seguidos de superávit primario y esto, como bien lo ha dicho el presidente, significa abonarle a la deuda”, explicó Acosta.
De igual manera, el jerarca del Ministerio de Hacienda también destacó que la relación de la deuda deuda con el PIB se ubicó en el 61.1% para el 2023, 1.9 puntos porcentuales menos de lo observado al cierre del 2022, cuando este indicador estaba en 63%.
Según Acosta, esto permite al Gobierno mayor flexibilidad en el gasto.
“¿Eso qué significa? Menos presión de gasto, más espacio para poder hacer inversión pública, más espacio para poder acometer gastos sociales. Ahora que se acostumbran a decir que no estamos cumpliendo con el con el gasto social, debemos decirles que estamos creando espacio. Espacio significa una deuda más barata, menos deuda y yo creo que ahí es donde estamos sentando las bases de un mejor país”, agregó el jerarca de Hacienda.
El analista financiero, Daniel Suchar, explicó que el superávit primario registrado por el Gobierno puede impactar positivamente el bolsillo de los costarricenses a través de las tasas de interés de los créditos.
“Cuando recibimos una noticia donde el balance primario sigue estando positivo, quiere decir que los ingresos ordinarios están alcanzando para todo el gasto que está teniendo el Gobierno central. Esto evidencia de que el Gobierno, poco a poco, está haciendo una muy buena administración de los recursos, por lo tanto, no tiene que salir, metafóricamente hablando, corriendo a buscar más deuda para poderse financiar en los mercados locales. Entonces, esto podría traer una baja en las tasas de interés a mediano plazo que impactarían positivamente al bolsillo del costarricense, porque muchos de nosotros dependemos de un pago de alguna deuda casa, lote carro, etc”, indicó Suchar.
Con respecto a la disminución del porcentaje de la deuda con relación al PIB, el exviceministro de Hacienda, Fernando Rodríguez, recordó que, una vez este indicador baje del 60%, varios elementos restrictivos de la regla fiscal se liberarán.
“Bajo las actuales condiciones de la regla fiscal, si el nivel de deuda del Gobierno central baja del 60% del PIB, esto permite salirse de la norma más restrictiva de aplicación de la propia regla, o sea, nos permitiría como país ya no aplicar el control de gasto a los gastos de capital, o sea, todos aquellos gastos que se realizan en inversiones públicas como construcción de carreteras, puentes, etc. Permitiría hacer ajustes salariales por inflación, o sea, ya descongelaría los salarios y permitiría que se den esos esos ajustes salariales. Eso hasta que la deuda alcance el 60% del PIB, que todavía habría que ver si es factible de lograrlo en el año 2024”, mencionó el economista.
Finalmente, Rodríguez detalló que esta disminución de la deuda se da por dos motivos principales: el crecimiento económico y el resultado primario con el superávit.
Eso sí, afirmó que esta deuda podría haber bajado más, de no ser por otros dos factores económicos.
“Hubo dos variables que no permitieron que esa reducción se hiciera tan marcadamente. Una fue la deflación o la caída en los precios. Cuando hay inflación esto más bien ayuda a que los niveles de deuda se reduzcan más rápidamente, pero en este caso, al haber caída de precios eso frenó esa reducción que estaba siendo empujada por un mayor crecimiento y por un buen resultado primario. Por el otro lado, se pagó más en intereses y esto, probablemente, incidió en el pago que hizo el Gobierno y por lo tanto en el costo de la deuda y eso empujó el endeudamiento hacia arriba. Entonces en esa combinación de unas empujando hacia abajo y otras hacia arriba, el resultado final es una reducción modesta en términos de porcentaje del PIB”, añadió el exviceministro de Hacienda.
