La discusión sobre la elección del Directorio Legislativo, del próximo 1 de mayo, continúa alrededor de quien ocupará la Presidencia de este órgano.
De momento, Rodrigo Arias, del PLN y el diputado del PUSC, Horacio Alvarado, se mantienen como los dos candidatos con más posibilidades de convertirse en el presidente legislativo para el periodo 2024-2025.
Sin embargo, otros cinco puestos también se elegirán este 1 de mayo. Se trata de la primera y segunda secretaría, la vicepresidencia del Congreso y la primera y segunda prosecretaría.
La politóloga experta en temas legislativos, Kattia Benavides, explicó que los miembros del Directorio con voz y voto son el presidente y las dos secretarías. Estos tienen una serie de funciones como la definición, en conjunto con las jefaturas de fracción, de la agenda legislativa, así como otras labores.
“¿Cuáles son las decisiones que se toman al interno del Directorio? Administrativas, que pesan mucho en nombramientos y en ejecución de presupuesto. Entonces, para quienes son funcionarios de planta de la Asamblea, es importante que les giren el presupuesto que tienen que tener. Por ejemplo, la gente de Protocolo para atender las actividades o la gente de Informática para atender las necesidades que tienen”, detalló Benavides.
En cuanto a la conformación de la agenda, la analista política mencionó que los proyectos a estudiar dependen también de lo que se defina con los jefes de bancada y los tres miembros con voz y voto del Directorio.
“Por ejemplo, terapias de conversión, que lo ha pedido el Frente Amplio a más no poder, que han hecho 1500 debates con Fabricio (Alvarado) y lo sacan de la agenda. ¿Por qué? Porque ninguna otra fracción lo pide y, además, Nueva República lo que pide es más tiempo para influir. Entonces, hay mecanismos como retrasar temas que mi fracción puede no estar de acuerdo y una fracción sí. ¿Qué pasaría si este tema tuviera más apoyo de las otras fracciones? Ahí se queda sin margen de maniobra Nueva República, porque si fueran 4 o 5 fracciones pidiendo el mismo tema, solo ellos estarían pidiendo tiempo y les dirían ‘bueno, solo una semana y chao, vamos con esto'”, señaló la politóloga.
Por su parte, la exdiputada del Partido Acción Ciudadana (PAC), Laura Guido, quien ocupó la primera secretaría de la Asamblea, destacó la labor que realiza en este puesto.
“La primera secretaría está sentada en la mesa principal. Eso le da mucho más control, vigilancia y acceso a información que alguien que está fuera de ese espacio. Esa es una de las grandes ventajas que tiene el puesto. Además, gestiona directamente con la secretaría del Directorio para ver cuáles mociones ingresaron y en qué momento, de orden y de fondo. Le da prioridad esto la posibilidad de conocer, antes que los demás, el contenido de las mociones. También, tiene a su derecha a las y los ujieres, con quienes se comunica para poder llevar un control del tema del quórum durante las sesiones y esto también, a veces, puede ser importante para el juego de lo que está tomándose en decisión en la Asamblea en ese momento”, describió Guido.
Además, la exlegisladora del PAC mencionó que la conformación de un Directorio Legislativo refleja cómo será el año a nivel de fuerzas políticas.
“Lo más importante de una negociación de 1 de mayo es que el Directorio te refleja cuáles son las fuerzas dominantes para la gestión política de ese año legislativo particularmente, porque en esas negociaciones se habla de las presidencias y la secretaría de las comisiones. Ahí es donde está la parte más sustanciosa del debate. Por un lado, el juego en la mesa con esto del rol en las sesiones de Plenario en la primera secretaría, pero por otro lado, cómo quedan configurados esos acuerdos de presidencias y secretarias de las comisiones ordinarias y las extraordinarias, donde realmente se ve reflejada la gestión política del quehacer cotidiano de la Asamblea y una gestión donde es importante tener esas posiciones estratégicas para poder incidir en la agenda”, añadió la exdiputada.
Finalmente, el politólogo Sergio Araya explicó que las negociaciones para los puestos implican una repartición de los mismos por parte de los partidos políticos.
“La negociación se hace en torno a la figura de la Presidencia, pero se procura, máxime en estos parlamente multipartitos, amarrar los otros puestos entre las distintas fuerzas que están negociando. En otras palabras, a un partido se le avala impulsar su candidato a la presidencia del Directorio y, a cambio, algunos de los otros grupos pueden designar a miembros de sus bancadas a otros puestos, especialmente a las secretarías”, aseguró el analista.
