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A 15 años de haber perdido a su familia, y encontrar un nuevo motivo de vida

by Jenny Sanchez

Este lunes 8 de enero se cumplen 15 años desde el terremoto de Cinchona y Ana Cambronero, que lo vivió en carne propia, conversó con Noticias Columbia sobre su historia.

Fue el 2009, cuando al ser la 1:21 p.m. del 8 de enero, un movimiento de magnitud 6.2 en la Escala Richter, con profundidad de 7.1 km y el epicentro 4 kilómetros al suroeste de Cinchona de Poás, en Alajuela, estremeció al país.

Según el reporte oficial emitido por el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica de la Universidad Nacional (Ovsicori-UNA), el terremoto “generó una basta cantidad de deslizamientos que provocaron la muerte a 22 personas, 100 desaparecidos y gran cantidad de heridos, también daños estructurales en casas y edificios cercanos”.

En carne propia: a 15 años de la tragedia

Noticias Columbia conversó con Ana Cambronero, que en aquel incidente perdió a su esposo, sus tres hijos y el negocio familiar, mientras que ella se encontraba en San José por razones personales y sin planearlo.

“Fueron momentos de muchísimo dolor, y gracias a Dios ese dolor ha sido superado”, manifestó.

Cambronero manifestó que la forma de superar ese pesar fue entender que sus familiares están más cerca suyo que nunca, pues tiene una conexión espiritual muy fuerte con ellos.

Según Cambronero, Dios la sacó de ese lugar por alguna razón y hoy, tras 15 años, cree que se trata de dos motivos.

“Una de las razones fue para que hubiera algo visible de que en medio de tanto dolor se puede salir adelante, y creo que parte de la misión después era ayudar a la reconstrucción de un nuevo lugar seguro para las familias; para mí fueron dos líneas paralelas, lo que a mi me paso y la reconstrucción de un nuevo lugar, entonces creo que iban caminando y una le ayudaba a la otra”, explicó.

Cambronero señaló que nunca tuvo miedo de qué iba a ser de ella, a pesar de que se quedó sin nada. Lo que ha hecho es ir viviendo paso a paso, amparándose en su oficio: la costura, que le ha permitido salir adelante.

No obstante, ahora se encuentra en Honduras, en un nuevo proyecto de vida que inició en el 2010 y se mantiene hasta la actualidad.

“Conocí una congregación religiosa católica, los Siervos Misioneros de la Santísima Trinidad, que está compuesta por sacerdotes, hermanos, monjitas; me pareció la espiritualidad y he seguido formándome con ellos y esto me ha dado la bendición de poder estar acá ahora trabajando este proyecto; hay una de las ramas de la congregación, laicos comprometidos, en los cuales nos forman para ser misioneros, porque somos misioneros, y creo que en esta congregación moriré”, expresó.

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