El nombre de Amalia Ortuño se ha convertido en sinónimo de lo que es una historia de inspiración, determinación y superación. La atleta costarricense de CrossFit adaptado ha consolidado su estatus como campeona a nivel global tras ganar por cuarta vez el título mundial de Wheel Wod este mes de diciembre en Estados Unidos.
Este último reconocimiento cierra un año impecable de éxito deportivo en donde Amalia alcanzó la cima en otras tres competiciones en su categoría.
Ortuño logró el primer lugar en Wodapalooza el pasado mes de enero (Miami, EE.UU.), primer lugar en los CrossFit Games (Carolina del Norte, EE.UU.) el pasado mes de agosto y primer lugar en Wodcelona (Barcelona, España) el pasado mes de setiembre.
“Pude lograr todas mis metas de este año de la mejor manera”, afirmó la atleta en entrevista con ‘Columbia’ donde compartió las experiencias y los desafíos que la llevaron a celebrar los triunfos que ahora son históricos.
Vea aquí la entrevista completa en Columbia Digital con el periodista Alberto Zamora:
“Aprendí a bailar antes que a caminar”: del ballet al triatlón
Ortuño relató que fue gracias a la academia de baile de su madre que tuvo la oportunidad de practicar el ballet desde temprana edad. Es por eso que expresa que aprendió a bailar antes que a caminar.
“Yo tengo dos hermanos y al ser yo la única chica, pues andaba todo el día con mi mamá. Entonces desde que nací literalmente iba a la academia. A los dos años empecé a bailar”, explicó.
Ortuño siguió practicando el ballet y se convirtió en profesora de esta danza clásica. La actividad física siempre definió su vida y empezó a practicar gimnasia y atletismo. Posteriormente empezó a entrenar en natación, carrera de pie y ciclismo para competir en triatlón. Sin embargo, su carrera se vio interrumpida.
“Su vida deportiva se acabó”: una carrera interrumpida
“Íbamos a empezar a entrenar para el Iron Man y fue ahí donde empecé a tener como dolor y molestia en mi cadera izquierda, y bueno, sí pensé que era algo como normal del deporte endurance cuando se está practicando un deporte así tan exigente”, describió.
Después de varias sesiones en fisioterapia y reconociendo que el dolor no se aliviaba fue al doctor.
“Me hacen una serie de exámenes y me descubren un problema de nacimiento en mis caderas. Es una enfermedad degenerativa que se diagnostica en la adultez joven”, describió. Se trataba de una displasia evolutiva de cadera, una enfermedad degenerativa progresiva.
“Y pues me dice el médico ‘tengo que hacerle una cirugía de emergencia’ porque tenía una lesión bastante grande en la cadera izquierda en ese momento que era la que habíamos hecho los exámenes. Me hacen una cirugía y la cirugía se complica”, dijo. “Ya se sabía que era algo que podía pasar”, precisó.
La complicación resultó en un daño neurológico en su pierna izquierda.
“Dos meses después de que estaba en recuperación de la cirugía, me empieza a molestar la otra cadera y hacemos los exámenes. Y tenía exactamente lo mismo. Entonces, cinco meses después de la primera cirugía me hacen la siguiente cirugía. Y saliendo de la cirugía el médico me dice ‘su vida deportiva se acabó'”.
“Lo que a mí me encanta es competir”: el despertar del CrossFit adaptado
La identidad de Amalia Ortuño que siempre fue marcada por la actividad física, primero en la danza y luego en el deporte de alto rendimiento, a los 29 años de edad enfrentaba un momento desolador: el posible fin de su vida deportiva.
“Entré como en una depresión porque no podía realmente hacer lo que yo tanto amaba”, relató.
Luego de su recuperación dijo que intentó practicar triatlón en relevos haciendo la parte de natación con las piernas amarradas, pero dijo que “era demasiado frustrante”.
“La otra persona empezaba la bicicleta y yo me ponía a llorar porque yo quería seguir y era todo el mundo ahí. Todos mis amigos y toda la gente que conocía en los triatlones que me preguntaban que por qué no lo estás haciendo que cuándo vas a volver”.
Al enfrentarse a la realidad de que su vida había cambiado, Amalia descubrió el CrossFit adaptado.
“Hicimos todas las clasificaciones funcionales para un deporte paralímpico donde tienes que mandar exámenes médicos, tienes que hacer videos, tienes que tener una evaluación de parte de un médico etcétera y con eso ellos se asignan una categoría competitiva si sos apto para competir dentro de este deporte. Entonces ya me asignaron mi categoría competitiva y ahí fue donde ya empecé a entrenar CrossFit”.
La crossfitera compite en la categoría de sentada con función de cadera y tiene casi 5 años de practicar esta disciplina.
“Lo que a mí me encanta es competir o sea yo definitivamente no hago deporte por salud es por competencia. Para mí, es la adrenalina de la competencia. El 3, 2, 1″.
Humanizando el éxito: “quiero que la gente vea que todos pasamos por momentos difíciles”
Entrenando dos veces al día, seis veces a la semana; Amalia tomó la decisión de abrir sus redes sociales para compartir su proceso y su vida. Esto para demostrar que no solo vean los momentos positivos sino también los desafíos y las luchas diarias.
“Un día yo dije, bueno la verdad es que voy a abrirme y voy a contarle a la gente todo este proceso de mi enfermedad. Que a veces es difícil, a veces no, porque también la gente va a sentir que esto es más humano y se va a identificar todavía mucho más. Porque a mí me empezaba a decir la gente que ‘es como una superheroína’ y yo decía no. O sea, yo paso igual. Hay días que quiero entrenar, hay días que no quiero entrenar. Hay días que me duele, hay días que lloro”, subrayó.
Es a través de interacciones en su cuenta de Instagram @AmaliaOrtuno que la atleta también ha asumido un rol de educadora con sus seguidores y sus fans.
“A mí me gusta que me pregunten porque la discapacidad, por así decirlo, tiene un tabú o ese miedo de la gente de que no preguntan porque tal vez piensan que le van a faltar el respeto a uno. Entonces se crean todos estos mitos sobre la discapacidad”, expresó.
“La silla de ruedas para mí, en lugar de ser una limitación como mucha gente piensa, es algo que me da a mi libertad porque puedo hacer deporte con mis brazos al 100% mientras que si estoy con las muletas no puedo ni usar los brazos ni usar las piernas. Entonces es como un tema de educación también y que la gente vaya entendiendo”, agregó.
El descanso después de la gloria y el calendario futuro
Tras las intensas competiciones, Amalia reconoce la importancia del descanso y revela que se tomó una semana para recargar energías tras el último mundial.
La agenda y rutina de Ortuño es una muy rigurosa y planificada. Revela que se despierta a las 5 a.m. para entrenar tres horas. Luego desayuna y trabaja como profesional en diseño de interiores hasta las 4:30 p.m. cuando regresa al gimnasio para una segunda ronda de entrenamiento diario.
Algunos de los diseños de espacio interno que ha compartido Amalia pueden verse en otra cuenta de Instagram: @amalia_ortuno_diseno que está dedicada a este tipo de publicaciones.
La campeona mundial confirma que con la ayuda de su entrenador calendariza sus rutinas pensando en las competencias más grandes de su categoría: Wodzilla, los CrossFit Games y el campeonato mundial. Sin embargo, insiste en participar en otros eventos para mantener sus capacidades al máximo.
“Crossfit son muchos días de competencia entonces tenés muchos escenarios diferentes que van a pasar. Entonces tenés que estar preparado para saber cómo reaccionar en cada uno de esos momentos”, explicó.
Al final del día, Amalia Ortuño se ha consolidado como la campeona mundial del CrossFit adaptado y continúa demostrando que la verdadera grandeza va más allá de las limitaciones que encontramos en la vida. Su historia no solo es un testimonio de triunfos deportivos, sino también de resiliencia, humanidad y dedicación.
“Quiero que la gente vea que todos pasamos por momentos difíciles y que un mal día no significa un mal año. Al día siguiente, te levantas y sigues adelante”, sentenció.
Vea aquí la entrevista completa aquí:
Autor: Alberto Zamora para Grupo Columbia
