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Resumen: Las razones por las que condenaron a prisión a reconocido entrenador de boxeo

by Alejandro Arley

Un Tribunal de juicio de Pavas lo halló culpable de 13 delitos de abuso sexual y una tentativa en perjuicio de tres menores de edad y lo sentenció a 75 años de cárcel que se reducen a 18.

Marco Delgado Picado, de 62 años, tuvo mucha notoriedad durante su época como entrenador de la campeona mundial de boxeo Yokasta Valle, quien no tiene relación con los hechos acusados.

El hombre fue detenido en setiembre del 2021 por las denuncias en su contra. Ese fue el inicio del camino hacia el debate que finalizó el viernes con su condenatoria.

Tras analizar las declaraciones y pruebas, los jueces arribaron a la conclusión de que Delgado cometió los abusos en distintos momentos entre el 2018 y el 2020 en un gimnasio y un salón comunal en Alajuelita, así como en un vehículo.

La sentencia establece que el hombre se aprovechó de su posición, comenzó con insinuaciones verbales que escalaron hasta llegar a tocamientos.

Aquí le presentamos un resumen de los hechos que llevaron al Tribunal a imponer la pena de cárcel. Los jueces fueron Freddy Calderón, Róger Solís y Krissia Quirós.

Los argumentos que se exponen son tomados de la explicación del fallo que hizo Calderón en la audiencia pública.

Testimonios de las denunciantes. El Tribunal dio validez y crédito a la descripción de hechos que las denunciantes hicieron y cómo fueron víctimas de Delgado.

Los jueces determinaron que el entrenador encaminó sus acciones de manera dolosa, con conocimiento y voluntad de querer invadir su privacidad, de realizar conductas indebidas hacia su integridad física.

Fueron sometidas a interrogatorios fuertes y se mostraron consistentes, soportaron el contradictorio de manera sincera y honesta al momento de declarar. “Entonces se pueden tener por demostrados esos hechos en perjuicio de ellas”, dijo Calderón.

“Acá no hay ningún tema fantasioso para estas tres personas menores de edad que declararon. Vinieron a narrar los hechos de los cuales fueron víctimas. Si la defensa lo que pretende hacer ver es que es un tema de fantasía o de imaginación de ellas, lo cierto es que eso es una mera especulación. Estas personas, menores de edad, vinieron a señarlo a usted (Delgado) como el autor de los ataques sexuales”, añadió.

Las menores relataron conversaciones privadas que tuvieron con el entrenador. A una le dijo que tenía un cuerpo muy bonito y a otra le decía que tenía una lengua muy bonita y que se la mostrara.

También divulgaron un episodio en que el sentenciado le preguntó a una menor si tenía relaciones sexuales. Los jueces calificaron esas conductas como inapropiadas con un fin libidinoso.

Calderón resaltó que las menores de edad no tienen una relación estrecha de amistad entre ellas y, a pesar de esa situación, sus relatos fueron coincidentes en muchos aspectos. “Su modus operandi quedó claramente develado en el debate”, expresó el juez a Delgado.

El Tribunal estableció que hubo un acoso sexual de forma verbal, que ascendió hasta llegar al contacto físico en partes íntimas.
“Es clara su finalidad de sexualizarlas, objetivizarlas y que denota también su desprecio hacia una persona menor de edad. Son personas sujetas de derechos y garantías no son meros objetos”, indicó.

Forma en que se develaron los hechos. Para acreditar las versiones, el Tribunal también tomó en cuenta la forma en que salieron a la luz las denuncias de las menores.

Una de ellas, identificada solo como “M”, le contó a una persona lo sucedido y esta, a su vez, le informó a los padres de la víctima.

Eso desencadenó otra circunstancia. Alguien llamó a los padres de otra menor, identificada como “C”, para decirles lo que había pasado con “M”.

Cuando a “C” le preguntaron si le había ocurrido lo mismo, la reacción de ella fue llorar. Por eso se puso la denuncia.
En el caso de la menor “V”, decidió hablar tras la detención de Delgado que trascendió en medios de comunicación.

Resistencia. Los juzgadores acreditaron que las menores de edad fueron sometidas a situaciones abusivas que modificaron su conducta y generaron rechazo a actitudes y acciones que cometía Delgado.

Por ejemplo, en los pesajes, cuando el entrenador les ponía un aceite sobre el cuerpo, las afectadas se sostenían el top y su bloomer para evitar que él introdujera sus manos y les tocara sus genitales. “Eso denota la resistencia, denota el no consentimiento”, explicó Calderón.

El Tribunal rechazó cuestionamientos de la defensa de Delgado en relación con la conducta de las víctimas, pues si sufrían de abusos no se explica por qué seguían asistiendo a entrenamientos.

Calderón manifestó que esos son argumentos superados pues ahora se sabe que existe el “síndrome del acomodamiento”, que afecta a niños o adolescentes víctimas de agresiones sexuales.

“Las personas menores de edad cuando están en una situación tan nociva para su integridad normalizan conductas y puede ser que vuelvan donde su victimario. Eso pasa y jurisprudencialmente ha sido abordado el tema. Se repiten las acciones”, destacó el juez.

Este síndrome refiere que las personas menores de edad no pueden procesar las situaciones de abuso como lo hacen los adultos. Provoca que las víctimas inicialmente guarden el secreto, tratan de lidiar con la situación, se sienten culpables y generalmente por eso la denuncia es tardía.

Falacias. Los jueces fueron especialmente duros con el testimonio que el entrenador rindió en el juicio que se realizó en Pavas.
Consideraron que Delgado pretendió ensalzarse, destacar su trayectoria deportiva, proyectar una buena imagen como si a partir de esas circunstancias se pudiera demostrar automáticamente que no cometió los abusos.

También le reprocharon haber recurrido a una estrategia de atacar a las denunciantes. Cuestionó la orientación sexual de ellas, adicciones y citó que por problemas de indisciplina estaban diciendo mentiras. “El Tribunal las detecta (las falacias) y son argumentos que no son de recibo”, aseveró Calderón.

Testigos de descargo. El fallo se refirió específicamente a dos personas que declararon a favor de Delgado. Calificó los testimonios como complacientes a los intereses del entrenador y que las mujeres no fueron objetivas a la hora de declarar.

Delgado en el juicio reveló quién pagaba los honorarios de sus abogados y una de las testigos es familiar de esa persona, incluso durante la comparecencia dijo que consideraba al acusado como un papá.

“Ambas son personas que participaron en Juegos Nacionales y se denota ese cariño, ese aprecio que sienten por usted”, argumentó.

Reproche. La sentencia define que Delgado actuó con dolo, sin justificación alguna y que comprendía el carácter ilícito de sus actos. Lo tildan de un profesor de boxeo abusó de manera sistemática de las menores de edad.

“En usted se confió. Los padres y madres de familia le confiaron el contacto con estas personas menores de edad. Usted las sexualizó. Tenía una circunstancia particular con respecto a ellas al ser el tutor o la persona que les guiaba en el boxeo. Usted se encarga de crear un tipo de atmósfera en el que las logra llevar al gimnasio para disque que entrenen pero en realidad lo que se buscaba era tener cierto grupo para estar abusando constantemente de ellas”, reprochó Calderón

“Usted afectó la formación de estas personas menores de edad. Así lo dijeron en el debate y por eso se decide imponerle esa pena (75 años de cárcel)”, finalizó.

La pena contra Delgado se reduce a 18 años de cárcel por las reglas del concurso material que se aplica cuando se comete un mismo delito en momentos distintos. Es parte de lo que establece la legislación costarricense.

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