Liberacionistas tendrán que decidir, entre otras cosas, la forma en la que escogerán a su aspirante a la Presidencia de la República en el 2026.
Como un partido con claras divisiones internas, que pide un cambio pero se aferra a sus figuras y con señalamientos y críticas constantes por parte de la ciudadanía. Así llegar el Partido Liberación Nacional (PLN) a su Asamblea Nacional de este sábado.
Los verdiblancos están convocados a partir de las 9 de la mañana al Centro de Convenciones de Costa Rica para tomar una serie de decisiones sobre el presente y futuro de la agrupación, entre las que se encuentran la forma en que elegirán a su aspirante a la Presidencia.
Para el analista político Mario Quirós esta será una jornada muy importante para los liberacionistas, especialmente en momentos convulsos a lo interno y con poco calado a lo externo.
«Hay una división marcada entre el secretario general (Miguel Guillén) y el presidente del partido (Ricardo Sancho). Había también algún intento teledirigido del secretario general en contra de don Johnny (Araya) y don Antonio (Álvarez) en específico. Y a lo externo un partido que ha estado muy decaído, los números son claros y que ameritaba una enorme esfuerzo de renovación y un cambio tanto de mensaje como de mensajeros», anotó.
Otro de los fallos que Quirós ve en la estrategia del PLN es que el partido no ha avanzado ni se ha adaptado a los cambios que la población demanda.
«Liberación Nacional hace rato le viene ofreciendo a los electores pasado, Liberación Nacional no le está ofreciendo futuro. Al día de hoy uno no puede ver cuál es la visión del Partido Liberación Nacional para el país a cuatro años, a ocho años, a 12 años como si la podría tener antes. Esto tiene muchos culpables, no solo los expresidentes o los excandidatos, tiene raíces más profundas de una diligencia territorial que a municipalizado el partido y esto ha hecho que los temas nacionales hayan desaparecido de la agenda», afirmó.
Además, en una coyuntura donde la población elige a personas por encima de partidos, la etiqueta verdiblanca se ha convertido en un punto en contra para quienes aspiran a puestos de elección popular.
«Creo que los datos de las últimas tres elecciones así lo dejan claro. El PLN no logró realizar una renovación efectiva y creo que sí, cuando un candidato hoy le ponen ese apellido de candidato de Liberación Nacional suma inmediatamente una cantidad enorme de negativos que no tienen necesariamente que ver con él, pero sí con que sea el candidato de una organización que no ha logrado renovar su marca», agregó.