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Los 20 mitos y realidad que debe conocer para detectar a tiempo Trastornos de la Conducta Alimentaria

by Lorena Bogantes

La promoción de la cultura del bienestar en lugar de la cultura de la dieta es una de las propuestas para evitar los Trastornos de la Conducta Alimentaria.

Además, diferentes instituciones lanzan la campaña Cuidémonos Nutritiva-Mente donde se busca involucrar a la familia en la detección y prevención de este mal que afecta, según datos de la CCSS del 2021, a 1.750 jóvenes entre 15 y 19 años.

En total en el año 2021, atendió 4.335 casos en consulta externa, 92 de estos requirieron hospitalización. Se cree que inclusive el dato podría ser mayor, debido a un subregistro pues se registran a nivel privado o con otros padecimientos que son consecuencia de estos trastornos.

Algunos de los más conocidos son la Anorexia Nerviosa, Bilimia, Trastorno por Atracón y Ortorexia; algunas de las consecuencias que pueden tener son: caída de cabello, problemas en husos y dientes, falta de concentración, ansiedad y hasta la muerte.

1. MITO: Las personas con trastornos alimentarios se ven apagadas, tristes y enfermas.
REALIDAD: Mucha gente con trastorno alimentario se ve saludable, a pesar de que puede estar extremadamente enferma.
 
2. MITO: Las personas con trastornos alimentarios no comen nada.
REALIDAD: Existen diferentes tipos de trastornos alimentarios y la cantidad de acomida que consumen varía en cada uno de ellos.
 
3. MITO: Esto es culpa de la familia, seguro en la casa son iguales.
REALIDAD: Las familias no tienen la culpa del trastorno, es una enfermedad multifactorial.
 
4. MITO: La familia no debería involucrarse en la terapia.
REALIDAD: La familia puede ser de los mejores aliados para la recuperación de un TCA.
 
5. MITO: Los trastornos solo afectan a la persona que lo padece.
REALIDAD: La aparición de un TCA supone un problema sanitario que altera el funcionamiento personal y familiar.
 
6. MITO: Los trastornos alimentarios son por vanidad y ganas de llamar la atención. Esto se les pasa con la edad.
REALIDAD: Los trastornos alimentarios no son el resultado de una decisión, sino enfermedades muy graves y determinadas biológicamente.
 
7. MITO: Los trastornos alimentarios son solo una cuestión de mujeres jóvenes de clase alta.
REALIDAD: Los TCA afectan a hombres y mujeres de todas las edades, culturas, razas, pesos o formas corporales, orientaciones sexuales y niveles socioeconómicos.
 
8. MITO: Si alguien tiene herencia de trastorno alimentario ya está condenado a la enfermedad.
REALIDAD: Un trastorno alimentario es multifactorial y no depende solo de la genética.
 
9. MITO: Los trastornos alimentarios son para toda la vida.
REALIDAD: Con un tratamiento basado en evidencia, la gran mayoría de las personas puede recuperarse completamente.
 
10. MITO: Todas las personas que tienen un trastorno alimentario están demasiado flacas.
REALIDAD: Los trastornos pueden ocurrir en personas de todos los tamaños y formas.
 
11. MITO: Cuando una persona alcanza un peso sano, ya está recuperada del TCA.
REALIDAD: El peso es solo uno de muchos factores que se deben valorar para definir si la persona está recuperada de un trastorno alimentario.
 
12. MITO: Los TCA son mentales, solo es resolver la forma de pensar.
REALIDAD: Los trastornos alimentarios afectan tanto la parte mental como la física. El tratamiento integral es la mejor manera de alcanzar una recuperación total.
 
13. MITO: Si mi hijo/a no quiere comer no lo puedo obligar, cada vez que lo hago sufre mucho.
REALIDAD: La baja ingesta de comida tiene repercusiones cerebrales sobre la manera en la cual percibo los alimentos. Esta percepción cambia, en la medida en que se consigna un peso saludable.
 
14. MITO: Si mi hijo/a no está preparado/a para cambiar, no hay nada que yo pueda hacer al respecto.
REALIDAD: La participación de los padres y madres en el tratamiento del TCA aumenta las posibilidades de recuperación.
 
15. MITO: Ponen a los niños y adolescente a dieta es muy bueno y no genera ningún riesgo para la salud.
REALIDAD: Esto sí representa un riesgo de desarrollar diversos problemas de salud física y mental.
 
16. MITO: Comer en familia no es importante para crear hábitos sanos en la familia.
REALIDAD: Comer en familia es la clave para promoverlos y detectar conductas de riesgo.
 
17. MITO: Hablar del cuerpo y del peso propio o de los demás, es bueno y común.
REALIDAD: Hablar del cuerpo de otros frente a niña/os y adolescentes puede aumentar su insatisfacción corporal y el riesgo de desarrollar trastornos alimenticios.
 
18. MITO: Catalogar los alimentos como buenos o malos ayuda a mejorar la salud.
REALIDAD: Una relación sana con la comida involucra que no hay buenos y malos; la salud puede construirse incluyendo una variedad de comidas.
 
19. MITO: Estar en constantes conversaciones sobre dietas nos mantiene al tanto de las últimas tendencias del mercado y aumenta nuestra motivación para cambiar nuestro cuerpo.
REALIDAD: Las conversaciones alrededor de la cultura de la dieta contribuyen a aumentar la insatisfacción corporal.
 
20. MITO: La psicología no es necesaria en los trastornos de conducta alimentaria ya que lo que se necesita es un apoyo nutricional.
REALIDAD: El acompañamiento multidisciplinario ha demostrado ser el mejor tratamiento posible cuando hay desórdenes en la alimentación.

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