La consecuencia más grave de no desarrollar habilidades sociales provoca que la persona perciba el mundo de forma negativa, por ende, lograr ser parte de la sociedad de forma sana se convierte en una tarea complicada, según el psicólogo de Ataraxia PSI, Jeffrey Oviedo.
Un estudio de la Asociación Americana de Psicología publicado en la revista American Psychologist, dio como resultado que todas las personas del mundo experimentaron sentirse más alejadas de su entorno social, es decir, la sensación de soledad aumentó durante la pandemia.
Para Oviedo, desde antes de la presencia del COVID-19, por temas culturales se observaban niños tímidos o temerosos, pero una vez empezó la era postpandemia, estas personalidades se expandieron.
El psicólogo indicó que el principal factor por el cual la niñez se vuelve más retraída o del todo no socializa con su entorno se debe al aislamiento.
“Muchos chicos no tienen herramientas sociales, no tienen herramientas de interacción, ni tampoco de comunicación asertiva. Esto porque hay jóvenes que solo se comunicaban con adultos o adultos mayores durante el confinamiento. Definitivamente, la pandemia vino a poner una pausa al desarrollo habitual de las personas”, explicó el doctor.
Por otro lado, el experto afirmó que el uso excesivo de la tecnología es el segundo elemento que impide a la niñez tener un desarrollo social adecuado, ya que en época de confinamiento era inviable visitar parques, salir con los padres o jugar con sus compañeros. Esto provocó que los infantes prefiriesen estar con dispositivos antes que realizar actividades sociales.
A su vez, el psicólogo advirtió que existen riesgos cuando la niñez no desarrolla su vida social.
“El riesgo más evidente se ve en la manera de ver el mundo, ya que lo veremos cada vez más difícil, será más intimidante, más atemorizante. Si no se trabaja la parte social, vamos a ver problemas graves; no va a haber empatía, no van a desarrollar las capacidades que se requieren para ser parte de la sociedad de manera sana; eso desemboca en ansiedad, aislamiento y depresión por no saber congeniar con el entorno”, manifestó el especialista.
Oviedo destacó que cuando un padre conoce a su hijo y la comunicación es asertiva, el camino para buscar ayuda profesional se vuelve más sencillo.
