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Fuerte condena contra padre de Keibril pero la duda persiste: ¿Qué pasó con la niña?

by Alejandro Arley

Un Tribunal de Cartago dictó este miércoles 79 años de prisión contra el hombre de apellidos Casasola Salas, de 34 años de edad.

Un año y siete meses después de la desaparición de la bebé Keibril Amira, en Cervantes de Alvarado, el caso llegó a una sentencia judicial.

Las juezas Magaly Hernández y Grettel Barahona, junto al juez Henry Segura, consideraron al sujeto autor responsable de todos los delitos acusados por la Fiscalía. La decisión fue unánime.

El Tribunal le impuso 25 años de prisión por sustracción de menor (al haberse llevado a su hija de solo nueve meses) y 54 años más por tres delitos de violación calificada en perjuicio de su hijastra, quien es la madre de la niña desaparecida. La condena se adecuará a 50 años que es el máximo que permite la legislación costarricense.

Durante el juicio, Casasola aseguró que desconoce el paradero de Keibril y que se enteró de la desaparición cuando le avisaron por teléfono. Los jueces no le creyeron.

A pesar del contundente fallo y la fuerte sanción, persisten las dudas dolorosas: ¿Qué pasó con la bebé? ¿Está con vida o falleció como cree el OIJ?

Duros reproches

En la explicación del fallo, el juez Segura tuvo múltiples reproches y señalamientos hacia Casasola por los hechos que cometió.
En cuanto a las violaciones a la madre de Keibril, el Tribunal hizo énfasis en que Casasola se aprovechó de ser el padrastro de una menor de edad para ganar su confianza y agredirla sexualmente, aunque él dijera que fue algo «consensuado» o que ella «se enamoró de él».

Para las juezas y el juez, el caso no admite excusa alguna, no hay ninguna justificación, para que un adulto tenga relaciones sexuales con una niña de 12 años.

Segura hizo hincapié en los 20 años de diferencia en edad y el hecho de que además Casasola había tenido al menos dos relaciones sentimentales previas y es padre de otros tres hijos. Es decir, las distancias con su hijastra, en cuanto a madurez y experiencia de vida, eran abismales.

Él era el adulto llamado a evitar que el contacto con la niña ocurriera. Sin embargo, a consideración de los juzgadores, actuó movido por satisfacer sus deseos sexuales, sin importar el daño que la provocaba a la menor.

Momento en que oficiales de cárceles del OIJ llevan a Casasola a la sala de juicio en Cartago.

«Usted fue la persona que se aprovechó de esa circunstancia y lo que hizo fue condicionar a la menor. Cuando usted indica que la menor es su ‘cachorrita’, su ‘güila’, ‘su ‘novia’… esas circunstancias no van para este caso porque la norma penal dice que una persona menor de edad… está en pleno desarrollo, estaba apenas en la escuela, en pleno crecimiento físico, emocional, cultural y otros ámbitos», dijo.

«La menor era una persona vulnerable, venía de una familia disfuncional, con un padre ausente. Tanto es así que ella buscó en usted (llenar) esa ausencia… la cual usted se aprovechó para sus mórbidos fines libidinosos y sexuales con el fin de atacarla«, añadió.

Segura fue enfático cuando dijo que Casasola quiso «instrumentalizar a la menor» y que la «cosificó», es decir la vio y la trató como si fuera un objeto de su propiedad.

Testimonio clave

Aunque la defensa de Casasola alegó que solo se podía acreditar un delito de violación, el Tribunal consideró que sí era posible constatar al menos tres agresiones sexuales, sobre todo por el testimonio de la madre de Keibril en el juicio.

A esa comparecencia de la adolescente en le dieron total validez pese a los cuestionamientos sobre cambios de versiones o contradicciones a lo largo del proceso.

Debido a las circunstancias, el Tribunal entiende que una víctima de este tipo, puede dar versiones que no se ajustan a la realidad de los hechos para protegerse, proteger a otras personas, por temor o hasta por vergüenza.

«A través de las mismas declaraciones nos da una serie de circunstancias en las cuales podemos determinar que fueron tres ocasiones», detalló.

Segura manifestó que Casasola aprovechó que la vivienda en la que compartía con su hijastra le permitía actuar con clandestinidad.

Sacó ventaja de que su pareja, de apellido Amador recientemente había tenido una hija con él. Entonces, en las noches, sacando ventaja de la oscuridad, sometió a su hijastra a tener relaciones sexuales. Como consecuencia de esas agresiones, la niña quedó embarazada de Keibril.

El juez recriminó a Casasola que le ofreció a su hijastra un «falso amor» y le hizo pensar que ella estaba en una relación de pareja, cuando eso no era así. Por eso, consideran lógico que la víctima tuviera inconvenientes para individualizar los episodios en los que fue abordada por el sujeto.

Sustracción

Un hecho que ensombrece este caso es que, independientemente de la sentencia, sigue sin saberse qué pasó con Keibril. No obstante, el Tribunal tuvo por acreditado que Casasola trazó un plan para evitar se realizara una prueba de ADN con la cual se podía demostrar que él era el padre de la bebé.

Los jueces no le creyeron la versión de que siempre se hizo responsable por lo que había hecho, pues mantuvo oculta la situación y no reconoció registralmente a la niña apenas nació.

Para los juzgadores, primero, el sujeto pensó en acabar con la vida de la bebé, pero, ante la negativa de su hijastra, pensó después en desaparecerla.

Para acreditar estos hechos fue vital el testimonio de la madre de Keibril en juicio, pues ella dijo que el 9 de abril del 2023, le dio la bebé a Casasola.

Aunque se mantienen inquietudes en cuanto a si la menor fue sustraída o entregada voluntariamente, el Tribunal determinó que la madre de Keibril actuó siempre influenciada y manipulada por el sentenciado.

«Usted en primera instancia le plantea a ella darle muerte a la menor. Ella dice en su declaración que usted la golpea, que la invita, cuando ella naciera, a ahogarla con una almohada y además darle algún tipo de medicamento con el fin de que esta abortara.; pero ella le contesta a usted: ‘es que yo amo a mi hija’, entonces usted varía su plan, cambia y le dice: ‘cuando usted tenga 18 años vamos a ser una familia, entonces vamos a desaparecerla'», indicó Segura.

El juez dijo que se rechazó la solicitud de la defensa de Casasola de que se abriera una investigación contra la madre de Keibril, pues ella actuó condicionada por el sujeto.

Sobre la desaparición de la bebé, el Tribunal calificó el testimonio de la menor como «prueba directa». A eso se suman pruebas en video y testimonios que ubican al sentenciado en el mismo sitio que su hijastra el día de los hechos.

La menor caminaba por la vía pública, en el sitio conocido como «la chayotera». Las imágenes muestran al vehículo de Casasola en el lugar. Un testigo lo vio cuando estaba estacionado frente a la menor. Al analizar las circunstancias, se cree que se llevó a la bebé en el vehículo.

También, la revisión de los teléfonos celulares, determinó que hubo comunicaciones entre Casasola y la madre de Keibril, el sábado antes de los hechos y el propio domingo que ocurrió la sustracción.

Mientras se resuelve si el fallo queda en firme, se dictó la ampliación de la prisión preventiva de Casasola por un período de seis meses.

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