Especialistas consultados por Noticias Columbia difieren en influencia de ley en exclusión de costarricenses del sistema financiero formal.
Los actos criminales y de violencia, producto de venganzas por créditos gota a gota, preocupan a las autoridades y han desatado una serie de señalamientos sobre el origen de este tipo de préstamos.
Algunos especialistas, sectores e incluso diputados han asegurado que estos han aumentado luego de la aprobación de la ley de usura, en el año 2020.
Sin embargo, para el economista Leiner Vargas, no existen datos científicos que prueben esta aseveración. Además, el experto señaló que la no fijación de tasas máximas de usura, provocó que unos 800.000 costarricenses cayeran en cobros judiciales y, por lo tanto, se vieran excluidos del sistema financiero formal.
“Cuando hay una fijación de tasas máximas, se propicia mayor competencia entre los actores financieros, la tasa de interés promedio tiende a caer, por lo que se amplían las posibilidades de crédito, tanto para los actores formales existentes, como para otros que podrían caer en formalidad dada la situación de una tasa de interés más baja. La existencia de exclusión financiera en el sistema financiero formal, es más a través del mecanismo de salida producto de que las personas se sobreendeudan y caen en cobro judicial”, explicó Vargas.
No obstante, para el analista financiero, Daniel Suchar, las legislaciones para poner tope a las tasas de usura de los bancos sí han excluido a personas del acceso a créditos, por lo que han tenido que buscar préstamos gota a gota.
“Los costarricenses tienen que acudir a los créditos gota a gota por tres condiciones. La primera puede ser que no tengan ningún tipo de ingreso recurrente, por lo tanto, no tienen argumento para poder solicitar un crédito formal. El segundo caso es que muchos de ellos ya tengan algún tipo de mancha o prohibición en el mercado financiero regulado y tienen que buscar una alternativa de respuesta rápida. En tercer lugar, definitivamente con las nuevas leyes que han habido con temas de tasas de interés, otras personas que no han sido consideradas buenas pagas hayan sido excluidas y tengan que buscar el financiamiento”, detalló Suchar.
Eso sí, ambos especialistas señalaron que existen afectaciones a la economía, más allá de la seguridad, por el aumento de este tipo de créditos a los costarricenses.
Para Vargas, es fundamental que las instancias correspondientes penalicen las prácticas empleadas por estos prestamistas.
“Propician un entorno de violencia y de acciones que van más allá de las iniciativas de cobro normal formales. Es por eso que se debe evitar, a toda costa, que existan espacios institucionales, como la Corte Suprema de Justicia u otros, que permitan estos cobros abusivos y que, más bien, se debe penalizar el uso de estos mecanismos”, señaló el economista.
Finalmente, Suchar agregó que existen una serie de problemas derivados de los créditos gota a gota.
“Otro de los temas importantes que puede impactar acá, es que se empiece a proliferar mercados secundarios para proliferar lavado de dinero, tráfico ilícito de monedas y esto empieza a germinar una situación bastante complicada, más que todo, en zonas muy vulnerables que siempre van a necesitar el financiamiento, que necesitan el consumo, pero como no tienen acceso a ningún tipo de crédito formal, todo esto se convierte en una tierra fértil para los prestamistas gota a gota, complicando mucho más la situación en Costa Rica”, agregó Suchar.
