Los obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica pidieron volver la mirada hacia lo más importante de estas fechas y evitar caer en el consumismo o el materialismo.
Los obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica (Cecor) enviaron este martes su mensaje navideño. En la carta, los sacerdotes católicos llamaron a la unidad, al amor y a dar los regalos que de verdad importan durante estas fiestas.
“La celebración de la Navidad es motivo de gozo y asombro. Cristo nace en un pequeño pesebre y ahí lo descubrimos cercano. Llega para tocarnos el corazón y decirnos que la única fuerza que cambia el curso de la historia es el amor. No permanece distante, sino que se hace próximo y humilde», indicaron.
El mensaje también hace alusión al simbolismo del portal, ya que «el pesebre nos recuerda que Dios está con nosotros, nos ama y nos busca. Él nos conoce, sabe lo que vivimos, sufre las injusticias y conoce nuestras miserias. Jesús no tuvo a nadie alrededor, sino a aquellos que lo querían: María, José y los pastores; todos eran pobres, unidos por el afecto y el asombro; y por su fe en el Dios de Israel. El pesebre muestra cuáles son las verdaderas riquezas de la vida: no el dinero ni el poder, sino la paz, la familia y el amor».
Los obispos también pidieron volver la mirada hacia lo más importante de estas fechas y evitar caer en el consumismo o el materialismo.
«Podemos preguntarnos, ¿Qué regalar un día como hoy? Y muchos corren para comprar regalos caros, pero lo mejor que podemos dar es nuestro tiempo y cariño a quienes sufren la soledad, están enfermos o viven en necesidad”, indica el comunicado.
Para los cristianos, esta fecha es especial, ya que la Navidad recuerda el nacimiento de Jesús en Belén. El vicario de la parroquia de Cot, en Cartago, Luis Esteban Fernández, explicó la importancia de esta celebración para los católicos.
«El tiempo de Navidad es la entrada de Dios en la historia del ser humano, la entrada del Todopoderoso, la entrada del Eterno en la temporalidad, entonces es la irrupción de Dios en la humanidad para la salvación del ser humano y y tiene su plenitud en la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. Celebramos que este niño que nace, este Dios que se ha hecho uno de nosotros, un rey distinto, es un rey que se hace débil para ser servidor de todos. Este niño que nace será quien morirá en la cruz y que va a resucitar por salvarnos», indicó.
El papa Francisco describió la Navidad como un momento esperado y una señal de libertad para toda la humanidad.
«Con las palabras de Isaías nos preparamos a celebrar la fiesta de Navidad; el profeta nos ayuda a abrirnos a la esperanza y a acoger la buena noticia de la salvación con un canto de alegría porque el Señor ya está cerca. La presencia de Dios en medio de su pueblo, entre los pequeños, en las realidades adversas, o cuando llega la tentación de pensar que ya nada tiene sentido se convierte esta presencia en portadora de libertad y de paz. Por eso son hermosos los pies de aquel que corre anunciar esto a sus hermanos porque ha comprendido la urgencia de este anuncio para un mundo que necesita a Dios. Del mismo modo nosotros estamos llamados ante el misterio del Niño Dios en Belén a darnos cuenta de esta urgencia y a colaborar a la venida del Reino de Dios que es luz y que debe llegar a todos. Como el mensajero sobre los montes, también nosotros tenemos que correr para llevar la Buena Noticia de la cercanía de Dios a una humanidad que no puede esperar y que tiene sed de justicia, de verdad y de paz», afirmó.
El tiempo de navidad se extiende hasta el 6 de enero, cuando se recuerda la Epifanía del Señor o el Día de Reyes.
