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Caso Johanna Villalobos: Los peligros de la inteligencia artificial

by Marcia Solano

Las IA, pese a ser una herramienta muy útil, pueden convertirse en un enemigo virtual.

Recientemente, circuló en redes sociales el caso de Johanna Villalobos, una creadora de contenido quien denunció ser víctima de la viralización de una fotografía donde la muestran desnuda con ayuda de una Inteligencia Artificial (IA).

Según explica en un video a través de TikTok, tomaron una fotografía de dos meses atrás en la que vestía un bikini y publicaron el resultado generado por la IA. “Claramente no soy yo, la inteligencia artificial no puede reemplazar a una persona real. Se me ve todo; es mi cara, pero no es mi cuerpo”, comenta la influencer.

La imagen en cuestión es compartida a través de grupos de WhatsApp y otras plataformas, lo cual pone en peligro la integridad física y emocional de la afectada.

Este tipo de situaciones es recurrente en internet; sin embargo, es el primer caso público en el país. Existen grupos de personas que, por medio de grupos de redes sociales (Telegram, WhatsApp, Facebook, entre otras) se dedican a tomar fotografías de mujeres de sus cuentas para luego cometer estos actos. Si bien es posible interponer una denuncia, al no tener conocimiento sobre el culpable principal, el caso queda en el aire.

“Estoy harta de ver cómo nos utilizan para su entretenimiento, la foto esta en Grupos de WhatsApp, redes sociales, NO SOY YO y lo más lamentable de todo es que no puedo hacer nada al respecto”, manifestó a través de un tweet.

¿Qué es una IA?

Una inteligencia artificial es una de las ramas de las ciencias computacionales encargada del diseño de sistemas capaces de responder con base a datos y realizar tareas relacionadas a la inteligencia humana. Se aplica desde en traductores y buscadores de internet, hasta acciones más complejas como el reconocimiento de rostros y generación de imágenes o videos.

El desarrollo de las IA se potenció en los últimos años gracias al aumento de recursos económicos destinados a su mejora. No obstante, se enfrenta a diversos obstáculos éticos debido a una posible automatización de trabajos actualmente ejercidos por humanos, lo que conllevaría un aumento del desempleo y, en consecuencia, de la pobreza.

Existen diferentes tipos de inteligencias artificiales en función del objetivo que deben cumplir o el público al que se dirijan, entre las que se encuentran las siguientes:

Inteligencias reactivas: Son las más simples en comparación con los otros tipos. Se basa en la respuesta sin memoria anterior; es decir, no tienen capacidad de aprendizaje. Como resultado, se usan para procesos automáticos que no requieran de información previa. Por ejemplo, la máquina de ajedrez empleada en la década de los 90, conocida como Deep Blue.

Con memoria limitada: Es el que se encuentra comúnmente en algunas plataformas móviles y de servicio al cliente. El modelo desarrolla la capacidad de recordar y emplea los aprendizajes para solicitudes futuras. Sin embargo, dicha memoria tiene una capacidad limitada, por lo que no puede compararse a la humana.

Teoría de la mente: Su nombre hace honor al objetivo de comprender las emociones y pensamientos humanos. Es decir, su actuar es resultado no solo de una memoria previa, sino también de las emociones que puedan estar implicadas. Cabe destacar que aún no es un modelo desarrollado en su totalidad, por lo que los existentes son pocos y están aún en proceso.

Autoconciencia: Pese a que aún no se trata de un modelo existente, se toma en cuenta dentro de los tipos de IA debido a la meta científica de ser realizada en algún momento. Consiste en una inteligencia que pueda provocar emociones, sentimientos y tener sus ideas propias.

¿Cómo funcionan?

Las IA actuales se desarrollan por medio de sistemas informáticos. En primer lugar, es esencial contar con una base de datos previa con el fin de crear patrones, lo cual se conoce como Software. Asimismo, hace uso de códigos que preparen al dispositivo o programa para responder ante determinados cuestionamientos o situaciones. Con su uso constante, la IA es capaz de aprender de manera automática y adaptarse.

En cuanto al funcionamiento que le dan sus usuarios, varía en gran medida. Su uso es cotidiano; mediante traductores, juegos móviles, buscadores, y aplicaciones de entretenimiento. Sin embargo, las IA también tienen uso profesional, los editores y plataformas de empresas son solo dos ejemplos de ellas. Tienen un funcionamiento que puede llegar a ser bastante complejo e incluso generar resultados completamente realistas.

¿Cuáles son los peligros de su uso?

El uso para fines ilícitos es el peligro más amenazantes. Tal y como ocurrió con el caso de Johanna Villalobos, las IA también puede ser una herramienta útil para ese tipo de actos: la creación de contenido y posterior divulgación ahora es un acto que toma unos cuantos minutos.

Asimismo, otro suceso frecuente es la violación a la privacidad de los usuarios y riesgos de ciberseguridad. Debido a que las IA trabajan a través de una base de datos que alimentan constantemente con el fin de brindar un servicio más personalizado, tras un mal funcionamiento o hackeo, estos datos podrían utilizarse de manera inadecuada y exponer datos íntimos y/o vulnerables.

Lo anterior también se relaciona con una de las herramientas más útiles de IA aplicada: los chatbots. Se trata de simuladores de conversación que, actualmente, son utilizados en un gran porcentaje de empresas como una alternativa para brindar un servicio mucho más eficiente a sus clientes. Otros los utilizan como asistente virtual (Alexa y Siri, por ejemplo). Al compartir detalles que comprenden asuntos económicos, privados y de trabajo, facilita la obtención de datos a través de malwares (programas malignos instalados sin conocimiento de los usuarios). De la misma manera, puede producir respuestas incorrectas y noticias falsas al ser controlados por los delincuentes.

Por otra parte, en el caso de su uso dentro de instituciones y empresas involucra riesgos éticos y conflictos de intereses. Cada una tiene su propia reputación y ética establecida, de modo que la inclusión de una IA debe estar lo suficientemente entrenada como para actuar de la misma manera. De no ser así, podría colocar a los implicados en una situación incómoda o, incluso, cometer errores.

La tecnología, sobre todo las IA, representan un avance importante para la sociedad y el mundo. Es necesario actuar con responsabilidad ante ellas, pues son fruto del conocimiento humano y compañeras del futuro.

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