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Cabeza de agua destruyó su negocio pero no sus sueños ni ganas de salir adelante

by Alejandro Arley

La fábrica de tamales Laura Corrales, en Salitrillos de Aserrí, sufrió daños de gran magnitud el pasado viernes. Su propietaria, del mismo nombre, habló con Noticias Columbia sobre sus planes para mantener el negocio en medio de la adversidad.

En la calle conocida como “Chiflón”, el impacto de la cabeza de agua fue impresionante. El puente ya no existe y la fuerza del río destruyó varias casas.

Laura Corrales Cerdas, de 37 años, comentó que ella y sus colaboradores estaban trabajando cuando comenzó la emergencia. Llovía demasiado; el terreno cedió y se llevaron un susto enorme.

“Estaban sacando la masa de la paila para los estañones porque era demasiada la lluvia, entonces ya se estaba metiendo el agua. En lo que el muchacho sacó el último estañón se fue la primera paila. Lo jalamos porque si no él se nos hubiera ido ahí. Fue muy duro y un susto muy grande, por como sonó esto. Fue algo fatal”, comentó.

La emprendedora agradece que ninguna persona resultó lastimada. Lamenta mucho los daños por el esfuerzo que puso en el negocio junto a su familia.

 “Son pérdidas muy grandes. Son ya casi 19 años de estarla luchando por el negocio. Los muchachos y muchachas que nos ayudan también. Son madres solteras… somos luchadores, de bajos recursos. Nos ha costado bastante pero contra la naturaleza no hay nada que pelear”, añadió.

A pesar de las dificultades, con mucha determinación dijo que no descansará en su esfuerzo por levantar de nuevo el negocio aunque sea en otra parte.

Imágenes de la destrucción en Salitrillos de Aserrí

“Es muy difícil. Mi esposo y yo somos una pareja joven que nos ha costado mucho. Hay gente que nos ha apoyado, nos dan palabras de aliento. Es un apoyo para nosotros para poder seguir adelante y una motivación”, expresó Corrales.

“Usted vislumbra su negocio en pie otra vez, aunque sea en otro sitio…” le dijimos. “Sí claro, Dios primero y mejor que el que teníamos acá”, respondió.  

La casa está en pie pero queda en la misma propiedad donde está la tamalera. De momento es arriesgado quedarse ahí. Por eso, se reubicaron con familiares y de inmediato buscaron un sitio temporal y de una vez retomaron la producción de tamales.

“Hay una señora que nos alquiló donde ella tuvo una fábrica para poder seguir trabajando y empezar”, explicó.

Corrales aseveró que con ella laboran 10 personas. La situación les llegó cuando se acerca la temporada alta de fin de año en la cual se sacan entre 3.000 y 5.000 piñas diarias.

Recientemente, con motivo de las actividades por la celebración de independencia, estuvieron produciendo aproximadamente 2.000 piñas por día.

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