De octubre de 2023 a setiembre de 2024, la tasa fue de 10,54, representando un aumento de 21,5% con respecto a la registrada en el mismo periodo de 2022 a 2023.
Actualmente, Costa Rica experimenta la tasa de mortalidad infantil más alta de los últimos 10 años, con, aproximadamente, 11 muertes de niños y niñas menores de un año, por cada mil nacimientos.
De octubre de 2023 a setiembre de 2024, la tasa fue de 10,54, representando un aumento de 21,5% con respecto a la registrada en el mismo periodo de 2022 a 2023, cuando la tasa fue de un 8,68 por mil nacimientos. En términos absolutos, esto representa 50 muertes infantiles más.
El 73,3% del total de muertes de menores de un año, ocurre en los primeros 28 días de vida, principalmente, por la prematuridad extrema y la asfixia perinatal.
Las situaciones críticas que pueden presentarse posterior al nacimiento, demandan una intervención médica oportuna, para aumentar las posibilidades de sobrevida y reducir el riesgo de discapacidad neurológica significativa, pero, para ello, es fundamental que el personal de salud esté totalmente capacitado en reanimación neonatal avanzada, sin embargo, este es uno de los grandes retos del país.
“Durante los años de pandemia por COVID-19, la capacitación del personal de salud que está en contacto con recién nacidos, fue limitada. Muestra de ello, es la reducción de los cursos de reanimación neonatal, impartidos tanto en el sector público, como privado. Este entrenamiento es fundamental, porque asegura una intervención oportuna cuando se presentan situaciones críticas, en los primeros días del nacimiento, y pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Por ello, es indispensable que las autoridades consideren la importancia de fortalecer los cursos de reanimación, mediante capacitaciones constantes al personal de salud”, señaló el pediatra neonatólogo y Coordinador de Reanimación Neonatal de la UCIMED, Dr. Felipe Segreda.