Analistas cuestionan labor de la ministra de la Presidencia y la influencia que puede tener en la Asamblea Legislativa.
El retiro del Poder Ejecutivo de los proyectos de ley relacionados con seguridad puso bajo la lupa la labor de la ministra de la Presidencia, Natalia Díaz.
Diversos sectores de oposición han criticado a la jerarca al considerar que tiene una labor débil en la negociación con la Asamblea Legislativa.
Para la politóloga, Valeria Vargas, el retiro de las propuestas es un ejemplo más del papel en segundo plano que el presidente de la República, Rodrigo Chaves, otorga a su ministra de la Presidencia.
«Es una ministra que se ha caracterizado por seguir, en la totalidad, las órdenes que le da el presidente de la República. No se le ha dado mucho margen de maniobra política, no ha tenido capacidad de negociación con el Poder Legislativo y también ha sido una relación totalmente vertical. Una vez más la vemos a ella en una figura de una persona que está recibiendo órdenes, totalmente sumisa ante el presidente de la República», afirmó.
Vargas agregó que esta relación dificulta, aún más, el trabajo entre el Ejecutivo y el Legislativo, en una relación que se ve más desgastada.
«(El Ejecutivo) está diciendo ‘yo me lavo las manos, eso es responsabilidad del Legislativo’ cuando no es así, entonces vemos una actitud bastante prepotente de parte del presidente de la República y eso es casi que una amenaza, lo podríamos interpretar de esta forma», señaló.
La politóloga recordó que la figura de ministro de la Presidencia tiene atribuciones que pareciera están siendo obviadas por Natalia Díaz.
«Debería tener la autoridad de poder decirle al presidente o aconsejarlo y ella nada más sigue las órdenes; no estamos viendo nada nuevo en ese sentido. Esta es una ministra de la Presidencia que deja mucho que desear y que responde completamente a las órdenes del presidente de la República; en administraciones pasadas hemos tenido ministras y ministros mucho más presentes en la Asamblea Legislativa, con un rol más activo, más propositivo inclusive, y esto no es el caso doña Natalia», finalizó.
El politólogo, Gustavo Araya, coincidió con Vargas y aseguró que la jerarca tiene un rol poco participativo en la administración Chaves Robles.
«Aquí lo que se ve es que el presidente la tiene en un plano relegado únicamente a acatar órdenes y no necesariamente a llevar a cabo un juego político de negociación y de diálogo que tiene que tener con la Asamblea Legislativa», apuntó.