Mientras que el promedio en relación a los países OCDE de inversión social en salud per cápita llega a cerca de 5.000 dólares, en Costa Rica alcanza apenas los 1.600 dólares.
El Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible (CINPE) de la Universidad Nacional (UNA) dio a conocer que, en los últimos años, ha habido una caída importante en el gasto social para salud en Costa Rica.
Según este centro, la inversión social en esta materia ha disminuido a niveles por debajo de lo recomendado por la OCDE, que es del 6% del producto interno bruto (PIB).
El director general del CINPE, Marco Otoya, indicó que el gasto ha bajado en total y también por persona desde el año 2020 hasta el 2023.
«En términos del gasto en salud notamos que, si bien es cierto, la caída no es tan significativa como la tendencia que ha tenido en los últimos años, comenzamos a caer a una taza también por debajo de lo que sería la recomendación de la OCDE y nos encontramos alrededor de un 5.77% como porcentaje del PIB del gasto en materia de salud. Como inversión por persona, estamos invirtiendo alrededor de 1.668 dólares per cápita, que está muy por debajo del promedio de los países de la OCDE, que anda alrededor de los casi 5.000 dólares en materia de inversión en gasto en salud», detalló Otoya.
Además, el economista se refirió a las consecuencias de estar por debajo en estos y otros indicadores, como la relación de camas hospitalarias por cada 1.000 habitantes.
«La cobertura en términos de servicios básicos, a pesar de que tenemos un buen sistema, notamos que está relativamente inferior, por ejemplo, al promedio de la OCDE. Tenemos una cobertura poblacional en servicios básicos de salud del 91% y en materia de la OCDE está alrededor del 98%. El gasto de bolsillo, como porcentaje en salud, si bien es cierto está relativamente un poquito más alto de la OCDE, alrededor de un 21%, respecto a la OCDE que es del 18%, pero sí notamos que hay otros factores, por ejemplo, que tienen que ver como camas por hospitales en los cuales el indicador se encuentra muy por debajo, que es alrededor de 1.2 camas de hospitales por cada mil habitantes comparado a 4.3 que es lo que tenemos en la OCDE. Entonces, desde el punto de vista de la salud, lo que notamos es que un menor gasto puede comenzar a deteriorar aquellos indicadores o aquellos índices en los cuales nos encontramos relativamente bien y, por supuesto, continuar deteriorando aquellos en los cuales mostramos una desventaja comparativa. Obviamente, un menor gasto en salud va a tender a incidir temas que tienen que ver con mayores tiempos de listas de espera, con capacidad para adquirir equipos, para comprar infraestructura o bien en el deterioro de la calidad de los servicios que se prestan», mencionó el director del CINPE.
Por su parte, la exministra de Salud, María Luisa Ávila, también destacó una serie de complicaciones para el país al disminuir su inversión en salud.
Según la doctora, se compromete el bienestar de distintos grupos con condiciones vulnerables.
«Aquí el problema es cómo conceptualiza usted la salud. Obviamente, la parte de la atención a los enfermos, que lo da la Caja, es algo diferente a lo de no invertir en algunos programas que van a generar salud. Por ejemplo, una persona con una buena vivienda, una persona con una buena educación, una persona con un buen empleo va a ser una persona que va a tender a ser más saludable que las personas que no, entonces hay que empezar por ahí. Eso es lo que se llaman determinantes sociales de la salud. Entonces, todos los programas de inversión social que no se hagan, eso va directamente a fomentar, lamentablemente, delincuencia, drogadicción, pobreza y condiciones de salud para las personas cada vez más precarias», afirmó la exjerarca.