Director de Área de Conservación reprochó conducta de hombre que interactuó con un cocodrilo de gran tamaño cerca de una embarcación, al parecer en el río Tárcoles.
Un video que circula en redes sociales muestra a un hombre que toca a un cocodrilo en reiteradas ocasiones al punto que provoca que el animal abra el hocico, gire y se desplace cerca de una embarcación.
«El individuo camina por el margen del río, con presencia de cocodrilos, comprometiendo su vida y poniendo en grave riesgo a los turistas que son expuestos a estar tan cerca de estos reptiles», dice un reporte del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae).
El Minae detalló que estas prácticas son indebidas y constantemente denunciadas por el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC-MINAE). No obstante, los casos persisten, para atraer turistas.
Ante esta situación, la entidad anunció que estará realizando giras de inspección en la zona, con la intención de sancionar a quienes promuevan estas actividades ilegales.
«Esto no es un espectáculo, es una gran irresponsabilidad, una terrible imprudencia, en la que no solo se expone el individuo, sino que está exponiendo a sus clientes a un gran peligro”, expresó Mauricio Méndez, director técnico del Área de Conservación Tempisque.
“Un cocodrilo de ese tamaño, podría fácilmente ingresar a la embarcación varada en el banco de arena y capturar a cualquier visitante y llevarlo hasta el agua, sin que alguien pueda evitarlo”, añadió.
Méndez resaltó que este cocodrilo de gran tamaño, aunque el hombre lo conozca y lo manipule, sigue siendo un animal salvaje e impredecible.
Riesgo
Iván Sandoval, académico de la Escuela de Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional, expresó que este tipo de conductas están en contra de la ley pero que, con frecuencia, las causas son desestimadas.
Con respecto a las interacciones de este tipo con cocodrilos, dijo que tienen dos implicaciones importantes. La primera es que se acostumbre al animal a que la presencia humana signifique comida.
«Esto pone en riesgo manifiesto a las personas que podrían estar en zonas aledañas en las cuales estos mismo cocodrilos, que están acostumbrados a acercarse por un pedazo de pollo o algún otro tipo de alimento, se acerquen en vez de tener su comportamiento normal que es de ser esquivos, de huir, evitar el contacto», dijo.
La segunda implicación es el efecto en la integridad física de las personas. «Ellos lo están haciendo bajo su propio riesgo pero si algo sucede, a fin de cuentas se haría un enorme despliegue noticioso diciendo que un cocodrilo atacó a un operador turístico, sin tener muchas veces claro, que es el operador turístico el que está ingresando al hábitat del cocodrilo, el que está haciendo una actividad ilegal y el que está exponiéndose directamente a un incidente», recalcó.
Sandoval aseveró que hay otros tours en el Tárcoles donde se va de forma segura a ver cocodrilos y diversidad que hay en los manglares. No se alimenta a los reptiles ni se «hace show» con ellos.