Expresidenta Laura Chinchilla conversó con Columbia en el programa “Por mil y más razones”, donde contó algunas de sus anécdotas en diferentes puestos políticos que ha ocupado.
Muchos presidentes han reconocido que alcanzar ese puesto siempre fue su sueño desde niños. Sin embargo, no fue así para la primera mujer que asumió este cargo en Costa Rica, Laura Chinchilla.
Como parte de nuestro programa “Por mil y más razones”, conversamos con la exmandataria.
Chinchilla es hija de una familia trabajadora de clase media, que realizó sus estudios en la educación pública desde la escuela, hasta la universidad y tuvo sus primeros intereses en la política cuando era una adolescente.
“Cuando fui entrando a la adolescencia fue donde claramente me orienté hacia algunas preocupaciones. Me involucré mucho en las luchas en Centroamérica en contra de las dictaduras en ese momento. Como parte de mis inquietudes, me le escapé a mis padres con 18 años y mi primer salario a Centroamérica para ver directamente qué era eso de la guerra. Ese viaje me marcó para siempre y decidí que iba a dedicar mi vida al servicio público para evitar que Costa Rica llegara a tener escenarios como los que sufrió nuestra región”, contó la exmandataria.
Previo a llegar a Casa Presidencial, Laura Chinchilla se convirtió en la primera Ministra de Seguridad en Costa Rica, esto entre 1996 y 1998.
Durante su paso por esta institución, aseguró haber recibido ataques y faltas de respeto por ser mujer, además de un boicot en su contra.
“Recuerdo que cuando el presidente de entonces convocó a los 70 comandantes generales, que era una policía militar con valores fuertemente masculinos, para anunciarme como su jefa, se hizo un silencio tan prolongado que de verdad costó romperlo. De esos 70 comandantes, solo siete se quedaron para felicitarme. Luego vino un boicot interno que me costó mucho enfrentar”, recordó Chinchilla.
La expresidenta de la República recordó una anécdota que le tocó vivir durante la época en la que dirigía al Ministerio de Seguridad, que resaltó como parte de los obstáculos que le tocaron atravesar por ser mujer.
“Recuerdo a llegar a comisarías en donde, en lugar de levantarse y hacer el saludo de turno, el oficial de guardia me decía “¿en qué le puedo servir, mi amor?”. Era como la constante. Fue muy difícil superar muchas de esas barreras, pero se consiguieron avances importantes en la institución, porque además aumentamos el número de mujeres policías”, agregó la expresidenta.
Finalmente, Chinchilla realizó un llamado a que más mujeres se involucren en espacios públicos, principalmente en la política, pese a las dificultades que puedan enfrentar.
“Lo primero que les diría es que se atrevan, que vayan hacia adelante, que lo van a hacer y bien, posiblemente mejor que sus colegas varones. Que se olviden de los síndromes de impostora, de los complejos, que se olviden de esas dudas existenciales que tanto nos frenan a las mujeres. Segundo, que traten de actuar colectivamente. No hay dudas de que cuando las mujeres unen esfuerzos es mucho más fácil conseguir las metas y que llegue el cambio que estamos buscando”, aseguró la exmandataria.
