“¿Cómo puede ser posible que no se rascaran un poquito más el bolsillo?”.
Al exárbitro internacional Walter Quesada no le pareció conveniente que se nombrase a un equipo arbitral tico para dirigir el fogueo entre Costa Rica y El Salvador.
“Nosotros sabemos las mejengas que se arman entre países centroamericanos, las patadas que se ven. Y todavía nombran a un cuarteto nacional. La Federación falló. Deben traer árbitros foráneos. El partido comenzó bien, normal, con Steven Madrigal exhibiendo su gafete FIFA”, analizó Quesada.
“En el gol de Daly (1 a 0), se comenzó a descomponer (…) Hay una toma de la parte trasera donde veo que cuando el arquero va para arriba Orlando Galo le pone el brazo y le impide a Mario González llegarle a Jostin Daly. Ahí comenzó a calentarse un juego que había comenzado bien”, analizó.
A la postre el cotejo finalizó 2 a 0.
“Para el segundo tiempo los salvadoreños se percatan que el cuarteto era costarricense y en la primera jugada a Jefferson Brenes lo prensan entre dos y no pasa nada, era para tarjeta amarilla”, continuó y repasó algunas jugadas polémicas, como cuando patearon a Ariel Lassiter y tampoco hubo amonestación.
Para Quesada, el salvadoreño Isaac Esquivel le propinó una patada a Fernán Faerron que daba al menos para amarilla.
¿Y la jugada que derivó en la salida de Orlando Galo por lesión? “Los dos van por el balón. El salvadoreño nunca estira el brazo, pero el costarricense se topa con él y recibe un fuerte golpe entre pecho y garganta. No había forma de quitarse. Son jugadas muy minuciosas. Es una acción en la que ninguno de los dos se puede desaparecer”.
Así, Quesada avaló que no se marcase penal ni, mucho menos, expulsión.
Sobre una caída de Ian Lawrence dentro del área cuscatleca, dijo que no le pareció penal, porque los dos jugadores fueron por el balón, por lo cual Madrigal “salió bien librado en esa”.
