Muchas historias de violencia tienen nombre de mujer, y hoy, Giselle Maffioli Reyes es el nombre de aquella que ha vivido, durante 22 años, agresiones físicas, psicológicas y patrimoniales en su lugar de habitación. Doña Giselle compartió su historia con Noticias Columbia.
Doña Giselle compró una propiedad junto con su ex esposo en Brasil de Mora hace algunos años, con el fin de retirarse allí. Sus vecinos eran trabajadores de un taller.
Esas personas se subían a su techo y, según cuenta doña Giselle, tenía que quitarlos, pero un día la agresión tuvo otro tono.
Un hombre mucho más alto que ella le tomó la cabeza con una mano y con la otra le daba golpes, causándole muchas lesiones. Quien la salvó de morir fue su perro rottweiler, según comentó la mujer.
Producto de este suceso, doña Giselle cuenta que sufrió daños en sus costillas y en la retina de su ojo.
A pesar de que tomó acciones, las puertas le fueron cerradas. Ni medicatura forense le ayudó, y la policía de la localidad la criticó y le indicó que de seguro era un amante suyo.
Según indicó doña Giselle, tuvo que dejar de trabajar para encerrarse en su propiedad, porque la quieren sacar a toda costa, aunque señaló que no le debe nada a nadie.
Doña Giselle, una mujer de 71 años que vive sola, ha denunciado la agresión constante que vive desde el año 2000.
La mujer cuestionó el futuro complejo que tienen que combatir las mujeres.
“Yo no sé cómo van a hacer las mujeres jóvenes con este sistema, no saben la estructura con la que están peleando”.
Para doña Giselle, el sistema es aplastante sobre los derechos de las mujeres, y “la mujer está sola, o lucha o muere”.
Doña Giselle participó en la puesta en escena de 100 mujeres que se mostraron como cadáveres en la Plaza de la Cultura, iniciativa organizada por el colectivo Mujeres por Costa Rica como parte de una campaña de 45 días para concientizar a la población sobre la violencia de género.
