Basílica en Cartago recibió a romeros de muchos lugares como Coto Brus, Pérez Zeledón, Tilarán y Talamanca.
Durante dos días continuos de cobertura, Noticias Columbia recogió múltiples testimonios de personas cuya fe, devoción y agradecimiento a la Virgen de los Ángeles fueron el impulso para hacer la romería hasta Cartago.
Muchos de estos peregrinos hicieron caminatas realmente extensas que se extendieron por varios días. Eso implicó un fuerte desgaste físico y fortaleza espiritual.
A Alicia Mora (primera de izq. a der. en la foto), romera de San Vito, la encontramos sentada en las gradas exteriores de la Basílica, descansando un poco. Explicó que el camino es difícil pero agradeció haber llegado bien hasta el Santuario Nacional.
“Es algo hermoso, muy lindo. Solo cuando uno la hace (la romería) sabe lo que es de hermosa esa sensación (de llegar al altar frente a la imagen). El trayecto es duro, uno llega cansado pero a la vez se siente liviano, se siente bien”, dijo.
Mora aseveró que vale pena el sacrificio cuando se tiene la oportunidad de ingresar al templo y estar unos instantes frente al altar.
Contó que en el trayecto, durante las noches de caminata el grupo va rezando y meditando en las cosas que llevan a los pies de La Negrita.
Luis Ángel Chacón Ramírez (al centro, de lentes), otro romero de la Zona Sur, relató que físicamente fue muy retador este año hacer la caminata. Hubo un día en que sintió que no podía continuar, pero recuperó fuerzas.
Expresó que no hay palabras que describan la emoción que sintió al ver la imagen de la Virgen de los Ángeles.
“No la puedo uno comparar con nada porque se sufre mucho de camino, por una u otra razón, entonces, cuando uno llega aquí es una felicidad enorme. No hay comparación”, expresó.
“No se puede contener el llanto. Soy sincero, no se puede. Con solo el hecho de subir ahí (al altar)… son muchas horas de caminar. Uno encuentra ratos bonitos y ratos difíciles como cuando se hacen ampollas”, resaltó.
Desde Guanacaste
Entre la multitud de romeros, también encontramos a un grupo que llegó desde Tilarán, Guanacaste. Se distinguían por sus camisas blancas con letras azules.
Uno de los peregrinos era Greivin Elizondo (de gorra) tiene 14 años de hacer esta caminata de fe. Expresó mucha satisfacción de ver el objetivo cumplido tras muchos kilómetros recorridos.
“Es una sensación muy bonita porque uno trae la expectativas de llegar aquí a la Basílica y son 235 kilómetros a los que hay que hacerle. Hay momentos muy complicados porque hay compañeros que nos les caben las bombas en los pies y no pueden caminar”, explicó.
Elizondo relató que la convivencia en el grupo es muy bonita pues comparten mucho. Además se topan con la solidaridad de la gente.
“La gente de camino nos regala frescos, comida, de todo. Caminamos de las 8:00 de la noche casi siempre a 5:30 o 6:00 de la mañana”, recordó.
Salieron de Talamanca
La tarde de este miércoles, observamos a un grupo de personas que vestían camisa blanca con mangas en color anaranjado y en el pecho la imagen de la Virgen de los Ángeles.
Uno de los detalles más llamativos es que en la prenda tenían un mensaje escrito en lengua indígena cabécar que decía: “Madre, cuida mi camino”. Nuestro compañero, Roberto Torres, le solicitó a Milton Estrada (último de izq. a der.), uno de los romeros del grupo, que lo pronunciara aprender de su cultura:
Estrada contó que son aproximadamente 70 personas que salieron el viernes desde Talamanca, Limón y llegaron el martes a la Basílica. Hizo la caminata por primera vez y asegura que la seguirá haciendo para impulsar a otros.
Noticias Columbia también compartió con un grupo de romeros de Pérez Zeledón. Aquí puede observar el video:
https://www.facebook.com/NoticiasColumbia/videos/1331863991072592
