Noticias Columbia conversó con el teólogo, Hanzel Zúñiga, quien relató parte de la historia de esta figura.
Jesús de Nazaret es quizá la figura más influyente de la historia humana moderna, la cual se ha dividido en dos: antes de Cristo y después de Cristo.
Sin embargo, ¿quién era este judío que vivió hace ya más de 2000 años y aún sigue siendo tan relevante para la mayor parte de la humanidad?
Como parte de las celebraciones de la Semana Santa, en Columbia conversamos con el teólogo de la Universidad Nacional, Hanzel Zúñiga, quien habló detalladamente sobre diversos aspectos de la vida de Jesús.
Para el experto, una de sus características más llamativas era su trabajo que, contrario a lo que muchas personas consideran, era más allá que un simple carpintero.
“Jesús en su oficio, uno siempre lo ve en su profesión como un ebanista, como un carpintero. El Nuevo Testamento utiliza la palabra griega ‘tekton’, que se traduce como constructor. En esa parte del mundo se construye con piedra. Jesús, probablemente, trabajaba con herramienta tosca y pesada, también con madera. No tenemos que imaginar a Jesús como un ebanista de muebles Luis XV, sino más bien como alguien que hacía vigas de puertas, la estructura de una casa, quien con su padre trabajaba en estas cosas”, explicó Zúñiga.
Según el teólogo, la religión de Jesús era el judaísmo, pese a que en la actualidad su figura ha servido como discusión entre cristianos y judíos.
“El judaísmo hoy entiende, así como investigaciones históricas, siempre fue judío. Todo mundo dice que Jesús fue judío, eso significa que asistía a la sinagoga, que no fue cristiano y que no pretendió fundar una religión nueva. Jesús pretendía la transformación del judaísmo de su época, pero, con base en la fe de sus discípulos, el judaísmo que no acepta ese mesianismo, hace que empiece una ramificación”, aseguró el teólogo.
Uno de los momentos más históricos de la vida de Jesús fue su muerte. Según Zúñiga, de la crucifixión se desprenden muchos elementos que validan su existencia.
Además, el teólogo explicó la razón de este tipo de condena a muerte.
“La muerte en cruz era un condena muy específica para varios tipos de criminales. A partir de las actas romanas del periodo, usando documentos extra bíblicos, podemos saber que eran crucificados quienes eran extranjeros, quienes eran considerados esclavos o personas de una condición menor o quienes habían denigrado de alguna forma el poder romano. Jesús cabe en la tercera categoría porque, aunque Jesús no tenía una banda o un grupo de gente violenta, Jesús contraviene con su mensaje la manera en que el imperio romano administra el mundo”, agregó Zúñiga.
Finalmente, el teólogo agregó que el cristianismo actual se desprende de otra de las figuras más relevantes de la Biblia.
“Pablo, en Gálatas capítulos 1 y 2, dice que él estuvo al menos varios años con la gente de Damasco. Para entender que, entonces, ya no era un judío fariseo, un celoso de la ley contrario a estos nuevos judíos mesiánicos, sino que ahora ve en esta predicación de Jesús un rostro diferente de Dios. Entonces, Pablo se convierte, pero no del judaísmo al cristianismo. Se convierte del judaísmo fariseo al mesiánico. Es después, con la predicación de Pablo, que empiezan a surgir nuevos cristianos que ya no son judíos y empieza el cristianismo como un grupo distinto”, aseguró el especialista.
