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Pensión a muy avanzada edad representa riesgos en salud de adultos mayores, advierten expertos

by David Perez

Desde la Gerencia de Pensiones de la CCSS, indicaron que es falso que exista una idea de aumentar edad de pensión; sin embargo, tema se mantiene como una preocupación entre los costarricenses.

En Costa Rica, la edad de pensión está definida en 65 años, según el régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), con la posibilidad de que las mujeres la adelanten a sus 63 años.

¿Qué pasaría si esto cambia y se aumenta la edad mínima para optar por una pensión?

El gerente de Pensiones de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), Jaime Barrantes, afirmó que esta no es una medida que se esté valorando en la institución.

Sin embargo, es una preocupación que mantienen muchos costarricenses, ante los problemas que existen en relación a la sostenibilidad del sistema de pensiones.

Uno de los puntos que podría verse comprometido en caso de que una medida así se ejecute es la salud de la población adulta mayor.

Según el decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Costa Rica (UCR) y especialista en Geriatría, Fernando Morales, pese a que el país cuenta con una buena esperanza de vida, en comparación con la región, es necesario que para estas discusiones se tomen en cuenta los elementos individuales de cada adulto mayor, como el tipo de trabajo que desempeñó.

Además, se refirió a los problemas de salud que podrían acarrear algunos adultos mayores, producto de una eventual ampliación en su edad de retiro.

«Por supuesto que la desmotivación, los periodos de ansiedad, depresión, tristeza, pérdida de condiciones de memoria o cognitivas, problemas de enfermedades crónicas que ellos tengan y que se les profundicen, la parte de la funcionalidad, que no tengan esa independencia y vayan a ir perdiendo más rápidamente su capacidad de independencia y la parte social que, al haber una desmotivación, pues no se va a relacionar bien con los otros compañeros o grupo de trabajo», destacó Morales.

En la misma línea se refirió la geriatra del Hospital UNIBE, Isabel Barrientos.

La experta aseguró que aunque hay un estándar de edad para el retiro, de 65 años, debería analizarse para cada caso el momento adecuado.

«Debemos evaluar todas las condiciones de salud de la persona, no solamente la salud física, sino también la salud cognitiva. Recordemos que, conforme vamos envejeciendo, vamos acumulando daños celulares que se pueden ir manifestando en enfermedades. También, hay que considerar la satisfacción laboral, la planificación financiera; por ejemplo, la decisión de pensionarse también depende de la planificación financiera de la persona y la disponibilidad de recursos para mantener un nivel de vida adecuado y eso es muy importante, un nivel de vida adecuado que me permita satisfacer las necesidades básicas para tener buena calidad de vida», detalló la geriatra.

Para la presidenta de la Junta de Salud del Hospital de Geriatría y Gerontología Raúl Blanco Cervantes, Alicia Avendaño, alcanzar cierta edad y seguir trabajando, genera problemas para los adultos mayores ya que tendrían menos tiempo para ejercitarse y hacer actividades necesarias para su salud.

Además, señaló que las propias empresas podrían sufrir algunas afectaciones al tener personal en edad muy avanzada.

«El aumento de la edad de retiro de pensión traería consecuencias bastante importantes, principalmente para las personas que tienen puestos realmente estresantes, el seguir trabajando en ese medio de estrés puede traer consecuencias en la salud. Adicionalmente, a la misma empresa le puede traer problemas también por incapacidades, por ciertas enfermedades que se pueden estar dando ya cuando llega a la edad de adulto mayor y provocaría que realmente requieran más tiempo de incapacidades, mayores tiempos para ir al doctor y demás. Llegar a los 70 años y no estar pensionado, eso les traería problemas también en poder hacer ejercicio, en poder vivir una vida más saludable y tener las condiciones para en ese periodo de retiro pues hacer las cosas que ya realmente se necesitan», afirmó Avendaño.

Finalmente, la vocera del Colegio de Trabajadores Sociales, Cinthya Campos, señaló que algunos elementos que suelen aquejar a los adultos mayores no implican que estos deban alejarse de sus actividades.

«No se puede definir una edad donde la persona comienza a tener problemas cognitivos y de salud que se asocie con un retiro laboral, pues podemos encontrarnos a una persona muy joven que ni siquiera se puede incorporar a un medio laboral, porque tiene algún tipo de problema cognitivo, o bien eso puede conllevarse a edades más avanzadas, porque eso no depende exactamente de la edad, sino del estado de salud y de una una serie de factores que tienen influencia total sobre esa pérdida cognitiva. Por ejemplo, en el proceso de envejecimiento sí se conlleva a una serie de pérdidas como la vista, la movilidad, la audición, pero esto no quiere decir que tenga que alejarse de sus actividades cotidianas, sino que va a estar en un proceso de disminución», indicó la experta.

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