Director de OIJ afirma que, de momento, no hay indicio de que oficial cometiera un delito o hiciera algo indebido.
El jerarca de la Policía Judicial, Randall Zúñiga, confirmó este jueves que un oficial de reciente ingreso y poca experiencia, prestó ayuda al esposo de Kimberly Araya Granados antes de que el hombre fuese identificado como sospechoso de la desaparición de la víctima.
El sospechoso, de apellido Pérez, es conocido del investigador y lo contactó con la intención de que le apoyara en su esfuerzo de ubicar a Kimberly.
Zúñiga afirmó que el oficial procuró determinar dónde estuvo Araya el 18 de abril. Esa tarea la realizó con base en la información de las radiobases de telefonía celular y los sistemas de GPS utilizados por las plataformas de transportes.
Noticias Repretel divulgó este jueves el audio de una conversación entre Pérez y una familiar de Kimberly, en la que él hizo referencia al contacto que tuvo con el investigador de OIJ.
“La comunicación que tiene el compañero de OIJ con este sujeto se da en un contexto en el cual él (Pérez) no funge como sospechoso, más bien funge como una parte afectada u ofendida porque es la mujer la que ha desparecido”, dijo.
El director de OIJ confirmó el decomiso del teléfono del agente y se está a la espera de que sea revisado. Sin embargo, aclaró que, por ahora, no se ha encontrado algún indicio de que el policía cometiera un hecho irregular.
“De momento, como para abrir una causa administrativa contra el compañero no existen elementos. Estamos esperando a determinar qué otros asuntos de interés surgen a través de la revisión que se está haciendo del elenco probatorio que tenemos y con base en eso actuaremos”, indicó.
Zúñiga expresó que la situación se dio en el contexto de la búsqueda de una persona desaparecida. El OIJ tuvo contacto con Pérez el 19, 21 y 23 de abril, antes de que se le considerara sospechoso de acabar con la vida de su esposa cuyo cuerpo apareció el 26 de abril en la ruta 32.
“De momento, no significa un delito. Ya inclusive ya he conversado con la Fiscalía General a ver si existe algún tipo de ilicitud; más bien en ese momento el compañero estaba tratando de ubicar a la muchacha desconociendo que este sujeto era el sospechoso. No hay una actuación dolosa, indebida y habría que esperar la apertura de los teléfonos celulares para ver si existiese algo más al respecto”, recalcó.
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Situación reflejó inexperiencia
A Zúñiga le consultaron cómo se regula la participación de investigadores en casos en los cuales no están asignados pues, en esta oportunidad, se corrió el riesgo de poner en alerta al sospechoso sobre los movimientos de la Policía.
El jerarca admitió que “no estuvo bien” que el funcionario fuera tan diligente y colaborador en esas circunstancias.
“Es parte de la experiencia que se tiene que acumular para que en estos casos se tenga que guardar cierta tranquilidad, ecuanimidad a la hora de prestar una colaboración pero es parte de lo que nos estamos enfrentando día a día en OIJ con el personal de experiencia que está renunciando y tenemos que empezar a aceptar personal nuevo y que podría cometer algún tipo de situación como esta”, afirmó.
“De pronto se ve mal, sin embargo, dentro del espíritu del marco de cooperación y ayuda que quiso hacer el muchacho (el oficial) pues no se ve una actividad delictiva alrededor de eso, ya conversado con los fiscales”, agregó.
Zúñiga reveló que, al ser conocidos, el agente le pidió a Pérez que le mostrara si tenía algún rasguño o lesión que pudiera indicar que algo sucedió. Como no notó nada extraño, procedió a ayudar al sujeto.
El jefe policial reconoció que es lógico que estas interacciones provoquen dudas.
“Aquí yo sé que de buenas intenciones está lleno el camino al infierno pero hay que tener esos cuidados para que no se pueda, de alguna forma, minimizar o malograr el trabajo que se hizo a nivel de OIJ”, finalizó.
