De acuerdo con datos del Seminario Central de Costa Rica, en promedio un 33% de las personas que ingresan a e inician un proceso de formación sacerdotal llegan a ordenarse, es decir, el 67% no finaliza.
Pero ¿cuáles son las causas y qué está haciendo la Iglesia Católica al respecto?
De acuerdo con el rector del Seminario Central, el padre Carlos Coto hay años en que puede ser más o menos la cantidad de sacerdotes ordenados; pero también destaca que más allá de un dato cuantitativo se ve como una oportunidad de discernimiento para quienes hicieron el proceso.
“No necesariamente implica un fracaso, sino que llegaron al final los que tenían que llegar”, señala.
En los últimos 10 años el promedio ha sido este, inclusive la pandemia no afectó esta constante.
La edad de los seminaristas que ingresan está entre los 19 y 21 años aproximadamente, aunque también están aquellos que toman la decisión de iniciar el proceso luego de concluir una carrera universitaria inclusive.
El padre Coto dijo que en su mayoría las salidas se dan en los primeros 3 o 4 años, pero inclusive, aunque en los últimos cuatro años donde se puede suponer que ya hay mayor estabilidad, se pueden dar salidas.
Ahora, sobre las principales razones que llevan a los muchachos a dejar el proceso, el padre dijo cada persona tiene su proceso interno y confidencial; sin embargo, sí hay algunas circunstancias en común, por ejemplo, aquellos jóvenes que quieren ampliar su experiencia de vida, seguir madurando su vocación fuera del seminario o tener proceso de crecimiento humano, o bien, porque se da cuenta que este no es su camino y que Dios le llama a otra forma de vida, señala el sacerdote.
Si una persona sale del seminario y se deja la puerta abierta para un reingreso se debe hacer la solicitud ante la diócesis respectiva, recordemos que al seminario central llegan los jóvenes de todo el país.
“A veces se le pide al seminarista llevar algún proceso de acompañamiento durante el tiempo afuera, personal o psicológico, trabajar algún aspecto de crecimiento, por ejemplo, incursionar en el ambiente laboral, eso depende de cada caso”.
La diócesis, a través de la Pastoral Vocacional debe verificar que los procesos se hayan cumplido y luego se pide el reingreso al seminario; el proceso se retoma en el punto donde lo había dejado.
¿Está el proceso de formación adecuado a la realidad actual?
Noticias Columbia también le consultó al rector del Seminario si el proceso de formación toma en cuenta las necesidades pastorales y sociales que requiere el país actualmente.
El proceso que se lleva a cabo en este momento está regido por las normas básicas de formación sacerdotal en Costa Rica aprobado en enero del 2015 en Roma.
El padre Coto dice que el proceso y el plan de estudios se analizan constantemente, se toma en cuenta el contexto social del momento, del joven que llega al seminario, así como los nuevos retos que exige la sociedad según menciona el rector.
Además, el plan de estudios también está en este momento en un periodo de revisión y actualización con la Universidad Católica que es el ente que respalda a nivel nacional los estudios de filosofía y teología.
El perfil de los formadores es variado, son sacerdotes con experiencias diferentes, desde párrocos con experiencia en zonas rurales o urbanas, otros que han ido a estudiar fuera del país; sin embargo, el padre dice que es importante es la capacidad de trabajar en equipo y tener el carisma para poder formar y dejarse formar.
Finalmente, como los futuros sacerdotes provienen de las diócesis de todo el país, la cantidad que nace de cada una es variada, por volumen poblacional las centrales tienen, según el rector, un mayor número de jóvenes que realizan procesos vocacionales.
Del 2015 al 2022 San José y Cartago han tenido más ordenaciones presbiterales con 21 y 14 respectivamente.
(Foto: Facebook Seminario Nacional de Costa Rica)
