Por petición de Albert Rudé, el cubano dejó el club rojinegro y fue cedido al Cartaginés. Dentro de la evaluación del técnico manudo era innecesario tener a otro delantero, por lo que optó por desprenderse del goleador para firmar a otros volantes. Hoy, Hernández tiene muy clara su posición sobre si lo extrañó el club dueño de su ficha.
“No es nada personal”, confiesa Marcel Hernández cuando se le consulta por el título conseguido frente a Alajuelense, el club dueño de su ficha y que decidió enviarlo a préstamo al Cartaginés, al considerar que no le hacía falta.
El cubano sostiene que esta corona tiene un sabor especial, pero no por habérsela ganado a Alajuelense.
Sin embargo, asegura que sus goles sí le hicieron falta al equipo rojinegro. No es para menos, el isleño finalizó como el máximo romperredes de la campaña.
Ante consulta de ‘Columbia’ sobre si cree que Alajuelense resintió su ausencia en esta campaña, Marcel respondió directo.
“Le hicieron falta mis 16 goles”, afirmó con una sonrisa y de inmediato corrió hacia el vestuario.
Su aporte. Sobre el título, afirma estar “muy feliz” y destacó el buen ambiente grupal de Cartaginés.
En esta final, Hernández participó en las tres anotaciones del equipo blanquiazul.
Le anotó a la Liga en el partido de vuelta de la serie en el Estadio Alejandro Morera Soto. Luego, pivoteó para colocar de cara a gol a Jeikel Venegas en el duelo de ida de la gran final.
Y en la vuelta, participó directamente en la jugada del tanto de Arturo Campos, ya que tomó la pelota y la abrió a un costado para que José Luis Quirós lanzara el centro que Campos desvió con su cabeza y envió a las redes.
Fue un torneo clave para el cubano, a quien la Liga desechó por sugerencia de Albert Rudé, que lo consideraba innecesario en la planilla y buscaba reforzar otras zonas del campo, como la mediacancha y los extremos.
Al final, Hernández fue un puntal en el título de Cartaginés… y una pesadilla para el club dueño de su ficha, Alajuelense.
