Luis Enrique Martínez, entrenador del PSG, lamentó la eliminación de su equipo en las semifinales de la Liga de Campeones ante un Dortmund que, a su juicio, no fue superior en ninguno de los dos partidos de la eliminatoria pero aprovechó mejor sus oportunidades, y abogó por levantarse lo antes posible de lo que definió como “un mazazo”. Consideró “mala suerte” el estrellar seis balones en los tubos durante la serie.
“Es un momento triste en el deporte cuando pierdes y sobre todo de esa manera. Felicito al Borussia, ha hecho una Champions destacada y en los dos partidos ha competido muy bien. Hemos hecho seis palos en total, 31 disparos a puerta hoy y no hemos marcado un solo gol, algo prácticamente imposible de creer”, resumió.
Luis Enrique reconoció que su equipo, que recibió el gol de Mats Hummels en un córner, “no es un equipo muy poderoso a balón parado”, aunque tienen “otras virtudes”, amplió sin referirse puntualmente a la inseguridad de su portero Gianluigi Donnarumma, quien se quedó clavado en el tiro de esquina que cabeceó el germano dentro del área chica.
“Éste es mi estilo, mis equipos se caracterizan por tomar riesgos, he visto a un equipo con un espíritu competitivo único, con un derroche físico envidiable, con una afición única, al final la afición es justa, valora si eres un equipo que trabaja, que suda la camiseta, que no da un balón por perdido”, indicó.
Estoy muy satisfecho con los dos partidos, podemos mejorar, han hecho lo que yo les he pedido, me encanta el espíritu del equipo en los dos partidos, lo que me transmite el equipo es muy bueno, se puede mejorar, yo soy el primero que quiere mejorarlo el año que viene”, señaló, antes de proclamarse como “único responsable de la derrota”, aunque insistió en que “volvería a tomar las mismas decisiones”.
Para concluir, Luis Enrique instó a “pensar en el partido del Toulouse, que será el último de la temporada en casa”.
