El Cartaginés del mexicano Mario García lejos de mejorar, se desmorona. Es un equipo que defiende mal y ataca peor, como se lo demostró San Carlos, que lo superó desde que se movió la bola. El 2 a 0 no refleja la sideral distancia entre los dos equipos, uno que va ascendente en pos de semifinales y otro que se precipita hacia el abismo.
Tras perder de local ante Herediano y Liberia, García se atrevió a decirle “guácala” a los equipos verticales, como Argentina (campeón mundial), como tirándoles el dardo a florenses y coyotes, que lo liquidaron a contragolpes. Pero la habladuría se le cayó este miércoles al azteca. Los Toros de Luis Marín le aplicaron el “toque-toque”, dándole una dosis del jarabe que tanto presume, un baile que seguro lo mareó tanto como generó “guácalas” entre los seguidores brumosos. Los norteños fueron amos y señores de la redonda.
Si ya 11 contra 11 San Carlos se veía mejor, el dominio se acentuó después del minuto 16, cuando Kevin Espinoza se fue expulsado por empujar dentro del área a Jonathan McDonald.
Los Toros del Norte no aprovecharon la oportunidad. Kevin Briceño tapó el cañonazo rasante y a la derecha de Marco Mena.
Sin meter bus, Cartaginés cambió su 4-3-3 por un 4-4-1 que tapó rutas a los locales e hizo que el 0-0 prevaleciera hasta la tregua. San Carlos tenía la bola, pero no profundizaba.
El portero Danny Carvajal sobraba, era el espectador más cercano. San Carlos no cayó en desesperación, tuvo paciencia y fue premiada.
Su superioridad se tradujo en gol al 56′, cuando César Yanis centró con la complacencia de Diego González y en lugar de despejar una bola fácil… ¡Carlos Barahona se agachó!, dejando pasar el esférico a propósito, creyendo que no había nadie detrás de él!
El regalo lo aprovechó McDonald para fusilar dentro del área chica a Briceño (1 a 0). El “18” brumoso tiraba por la borda el esfuerzo defensivo de sus compañeros.
Al 70′ Brian Martínez amplió cifras con toque entre las piernas de Briceño, liquidando la contienda contra un rival inferior en fútbol y cantidad de jugadores, que se había adelantado en busca de empatar, pero que terminó abriéndose de par en par.
Pragmático como su técnico, Marín, el equipo norteño no se quiso desgastar innecesariamente frente a un rival inofensivo, limitándose a pesar la bola, divirtiendo a su afición con “oles”, haciendo de toreros en lugar de toros.
Aún así, a media máquina San Carlos perfectamente pudo haber hecho pedazos al Cartaginés, pero Kevin Briceño y el tubo izquierdo evitaron un marcador de escándalo.
