En menos de un año, tres personas han ocupado los máximos cargos en prensa y comunicación del Gobierno.
Primero fue Patricia Navarro, que fungió como ministra de Comunicación hasta inicios de setiembre del 2022. El Presidente Rodrigo Chaves tomó la decisión de destituirla.
Tras ese episodio, el mandatario decidió no nombrar a alguna persona en ese puesto pues se trata de un Ministerio sin cartera y no está obligado a una designación.
El periodista Armando Gómez siguió como jefe de prensa de la Casa Presidencial hasta noviembre del 2022 cuando se anunció un nuevo cambio.
El Gobierno agradeció la labor a Gómez e informó que la jefatura quedaba en manos de la periodista Laura Brenes, muy conocida por su trabajo en televisión.
Este miércoles, la Casa Presidencial comunicó que Brenes presentó su renuncia por motivos profesionales y también le agradeció por su trabajo.
La periodista conversó con Noticias Columbia este jueves acerca de las razones de su salida.
Manifestó: ”mi salida se debe a nuevos retos profesionales, ahorita estoy valorando una opción de trabajo en la que me quiero tomar el tiempito para analizar la bien, me voy con el corazón lleno y me voy con el corazón agradecido, fueron 5 meses maravillosos, extraordinarios, trabajar al lado del presidente de la República, de doña Pilar, doña Natalia, de Jorge Rodríguez, de todos ha sido una experiencia maravillosa, también trabajar al lado de mi grupo un grupo de 23 personas todos con maneras distintas de trabajar pero siempre enfocados en el objetivo que era sacar adelante la comunicación no solo del presidente de la República sino también de las cosas buenas que se estaban haciendo del Gobierno”.
Con este cambio, queda la duda de si el presidente Rodrigo Chaves considerará a alguna persona de confianza para que se encargue del Ministerio de Comunicación o si simplemente nombrará una nueva jefatura de prensa en la Casa Presidencial.
El politólogo y experto en comunicación, Gustavo Araya, dijo que hay tres retos que se relacionan con este cambio.
Agregó “el primero de ellos es que hay una noción de que no se necesita la figura de una persona jerarca en el Ministerio de comunicación, esto es alguien que se convierta en la vocería oficial el gobierno por un lado, dos que coordine la comunicación del Gobierno en términos del Poder Ejecutivo y tres que también pueda ejercer algún papel de esa misma vocería en la articulación de los mensajes y del gobierno”.
Araya considera que si se mantiene la idea de que no es necesario un ministro o una ministra de Comunicación, puede haber algún desfase entre el Gobierno y los mensajes a los sectores.
Agregó que, por lo visto en este año, es el mismo presidente el que asume el rol de liderazgo en la comunicación.
