“Sé que vendrán equipos a buscarme”, decía el panameño en diciembre anterior. Sin embargo, más de dos meses después y luego de los esfuerzos de la Liga para retenerlo, el panameño acabó por firmar con equipo de historia discreta en Chile.
“Gracias a Dios en el mercado tengo un nombre y sé que vendrán equipos a buscarme”, recitó el delantero Gabriel Torres en una zona mixta el pasado 5 de diciembre, cuando aún era ficha manuda.
Casi dos meses y medio después, el futbolista anuncia su nuevo destino, de un perfil más bajo del esperado. A pesar de que la Liga hizo lo posible para retenerlo, al final el canalero aguardó paciente a los movimientos del mercado, a sabiendas de que tenía un buen ‘estatus’ en Suramérica.
Lo cierto es que la realidad del panameño tardó demasiado en definirse y aún el 19 de enero de este año, el artillero decía en una entrevista con el diario AS que todavía “no le cerraba las puertas a Alajuelense”.
La Liga, en cambio, ya había finalizado el periodo de llegadas y salidas del club.
Al final, ‘Gabigol’ firmó con un equipo de discreta historia en Chile, el Antofagasta.
Historia del club. Después de un inicio difícil, este club se coloca en la posición 14 entre 16 equipos luego de tres jornadas disputadas y, ciertamente, con mucho camino por recorrer en el torneo.
Curiosamente, este club acumula cuatro descensos en su historia, siendo uno de los equipos que más veces ha bajado de categoría en el balompié de Chile. Por última vez, en el 2008.
Su principal logro en Primera División lo consiguió en el 2018, cuando finalizó en la cuarta posición de la liga, lo que le permitió disputar la Copa Sudamericana un año después.
La ficha del panameño le pertenece al equipo de la Universidad de Chile y ahora jugará por una temporada con este equipo.
Aparentemente, también existieron ofertas del balompié de Ecuador, pero nada se concretó.
Lo cierto es que para Torres es importante acumular minutos en su equipo, pues en marzo próximo se jugará el cierre de la eliminatoria mundialista y el atacante forma parte de la nómina habitual.
El país vecino se juega el boleto y, con ritmo, el futbolista podría ser una pieza valiosa.
