Las balaceras en la vía pública son frecuentes, como ocurrió este miércoles en Limón. OIJ revela estadísticas actualizadas.
Con un corte a la tarde de este 5 de abril, los datos oficiales del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) revelan que en el 2023 ocurrieron 227 asesinatos en el país.
La cifra supera en 71 casos a la del mismo período del 2022. Este año, en Limón se han registrado 56 crímenes, en San José 55, Puntarenas 36, Alajuela 26, Guanacaste 22, Heredia 16 y Cartago 14.
La ola de la violencia no se detiene con constantes tiroteos en vía pública, a plena luz del día. El hecho más reciente ocurrió la mañana de este miércoles cuando tres personas fueron asesinadas a balazos en la localidad de Limón 2000.
Las víctimas se encontraban en un lavacar cuando fueron atacadas. Una mujer de 18 años resultó herida y fue trasladada a un centro médico. El OIJ identificó a dos de los fallecidos con los apellidos Mora Obando (33 años) y Fernández Benavides (25 años).
El primer trimestre del 2023 finalizó con un promedio casi 70 homicidios por mes.
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Tras el más reciente Consejo de Gobierno, el 31 de marzo, el presidente Rodrigo Chaves dijo que este mes presentará una serie de propuestas de ley relacionadas con seguridad ciudadana, sin embargo, sigue sin presentar la política que anunció desde el año pasado.
El director de la Fuerza Pública y viceministro de Seguridad, Daniel Calderón, aseguró que la Policía está haciendo “operaciones muy fuertes en zonas priorizadas que han venido siendo afectadas por la violencia y donde tenemos presencia de estructuras criminales que están plenamente identificadas”.
En una conferencia de prensa en marzo, el director interino del OIJ, Randall Zúñiga, aseguró que el año podría cerrar con una cifra entre 800 y 900 homicidios, que sería la más alta de la historia y superaría sobradamente la del 2022 que fue de 656.
En el 2022 el 64% de los asesinatos fueron por venganzas o los llamados ajustes de cuentas, muchas veces por disputas entre grupos criminales.
Sin embargo, el grave problema de las balaceras en la vía pública es que también pueden afectar a terceras personas que no tienen nada que ver con los conflictos tal y como sucedió a finales de febrero en Zapote. Un niño de ocho años, que dormía en su cama, murió debido a una bala perdida que ingresó a su casa y lo impactó en el tórax.
Fotografía: Enviada a Columbia.
