Al arranque de la temporada, José Giacone fue blanco de múltiples críticas al frente del Cacique Diriangén de Nicaragua. Le costaba hilvanar victorias y lo catalogaban de ultradefensivo.
Empero, al final materializó el dicho “el que ríe de último, ríe mejor”.
Con Giancone de DT, el tico-argentino guió al Imperio del Sur a la consecución de su título 31 del balompié nicaragüense.
Giacone Garita dedicó la copa a sus jugadores, que tuvieron la capacidad de triunfar de locales 1-0 y empatar 1-1 de visita ante el favorito Tren del Norte, como se conoce al subcampeón de Centroamérica, Real Estelí.
“En los momentos duros de este semestre, cuando casi todos pedían mi cabeza ellos estuvieron al lado mío”.
“La mejor manera de agradecérselos es haber estado con este grupo de jugadores para entregar la 31”, finalizó un Giacone exultante, feliz, en declaraciones publicadas por el sitio oficial Liga Primera de Nicaragua.
Con él también se coronaron su hermano y asistente, Diego Giacone, además de dos jugadores costarricenses, el portero titular Alfonso “El Poncho” Quesada y el lateral suplente Francisco Flores-Zapata.
