Familiares de las víctimas dijeron a Tribunal de Cartago que el sospechoso trataba mal a su pareja y había amenazado con hacerle daño.
El caso, ocurrido en julio del 2020, en San Pablo de León Cortés, está en juicio desde este lunes en los Tribunales de Cartago.
Un hombre de apellido Ríos, es acusado de asesinar a su pareja, Fernanda Sánchez Aguilar, de 31 años y a su hija Raisha Fabiola Ríos de 12 años.
El Ministerio Público sostiene que las atacó a golpes con un objeto contuso y luego quemó la casa para borrar evidencias.
La acusación dice que Ríos inició la relación con Fernanda cuando ella tenía 15 años y él 35. La convivencia, en unión libre, duró aproximadamente 16 años.
«Durante todo ese tiempo, la relación estuvo caracterizada por la violencia de género por parte del acusado hacia su compañera sentimental», detalló la fiscal Ana Isabel Moya.
Los primeros testigos que declararon fueron dos hermanos de Fernanda, quienes vivieron momentos difíciles ante el Tribunal cuando recordaron algunas situaciones.
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Luz Miriam Sánchez, aseguró que la víctima le relataba lo difícil que era la convivencia con ríos quien prácticamente controlaba todos sus movimientos e incluso le impedía asistir a ciertos lugares como la Iglesia.
«Ella me decía: ‘me tiene muy controlada; donde pienso ir no puedo porque él llega. Necesito un espacio para mí, soy una esclava de esa casa. Quiero ir a la Iglesia y él me quita que yo vaya'», recordó.
Luz Miriam recordó uno de los episodios de violencia más fuertes que Fernanda Sánchez le contó. Aunque el asunto supuestamente no pasó a más, para ella fue una clara señal de que su hermana y su sobrina estaban en grave peligro.
«Ella me llama llorando y me dice: ‘Luz, tengo mucho miedo, me encuentro encerrada en el baño, tiene un revólver y él me grita que me va a matar. Está borracho y yo tengo mucho miedo. Me encuentro en el baño con mi hija Raisha’. Le dije, llame al 9-1-1, no salga de ahí», repasó.
En la acusación, la Fiscalía planteó que Ríos le decía a Fernanda que era una loca y así la describía ante terceros.
Presuntamente, el sujeto intentó usar ese argumento para encubrir los asesinatos. Al parecer, cuando se descubrió lo ocurrido, sugirió que Fernanda había provocado el incendio y que se quitó la vida tras atentar contra su hija.
Xavier Sánchez, hermano de la fallecida, manifestó que sí se enteró de la forma en que el sospechoso trataba a Fernanda. «Lo comentó mi hermana Luz, de que pasaba diciéndole que ella era loca, que escuchaba voces. Mi hermana en el último tiempo abrazó la fe cristiana y ella oraba a su forma; a raíz de su oración vino el asunto de tener que estarla llamando loca», dijo.
Otra de las señales negativas que la familia notó fue que Fernanda comenzó a colocar mensajes inquietantes y tristes en redes sociales. En algunos de ellos criticaba su cuerpo o no coincidían con lo que ella solía publicar.
«Hubo un cambio de perfil, completamente a lo que estaba publicando. Ella venía de ser una persona alegre a tener publicaciones tristes a recriminarse por el cuerpo, a sentirse fea, a sentirse menos y sentirse menospreciada», comentó.
De acuerdo con el testimonio de los hermanos, al sujeto no le gustaba que Fernanda trabajara y le decía que eso era un pretexto para encontrarse con hombres, cosa que los familiares rechazaron categóricamente.
Luz Miriam mencionó que Fernanda tenía miedo de irse de la casa porque Ríos supuestamente la había amenazado con hacerle daño y llevarse a su hija a Nicaragua.
Marco Jiménez, defensor de Ríos, aseguró que su representado está cubierto por el principio de presunción de inocencia y que, sin una resolución judicial, no se le puede responsabilizar de algún delito. El abogado aseguró que la investigación tiene falencias que serán expuestas más adelante en el juicio.
