Fiorella González Lizano falleció este domingo. Se caracterizó por su actitud positiva y optimista aún en momentos de mucha adversidad.
La mañana de este lunes, en la iglesia de Barrio México, familiares y amigos dieron el último adiós a Fiorella quien tenía 31 años de edad. Su caso fue noticia en el 2019 al recibir un trasplante de sus dos pulmones.
Fue el 4 de setiembre de ese año cuando en el Hospital Calderón Guardia, la sometieron a una impresionante cirugía de 11 horas en la que le quitaron sus dos pulmones enfermos y le colocaron otros donados.
El panorama era crítico. Tenía una capacidad pulmonar de apenas el 30% y ninguna mujer en Centroamérica había sobrevivido a una operación así.
Ella se sometió al procedimiento y a un largo proceso de recuperación que incluyó recuperar funciones básicas como hablar y caminar.
Fiorella, quien era madre de una niña de 10 años, fue policía de la Fuerza Pública pero su condición de salud la obligó a retirarse de la institución y pensionarse.
El 4 de junio del 2022, 33 meses después de la delicada operación, cumplió su anhelo de tatuarse dos pulmones en el pecho, en forma de gemas con un lazo en la parte superior, como símbolo de esperanza y de la lucha que había dado.
Fiorella, quien fue oficial de la Fuerza Pública, se animó a escribirle a la reconocida tatuadora Kei Flores a quien contactó por la mensajería de Instagram.
Después de unos días, ella le contestó y le dijo que Dios le había puesto en el corazón regalarle el tatuaje.
Huella imborrable
En las honras fúnebres, en Barrio México, el féretro fue rodeado por la guardia de honor de la Fuerza Pública.
Varios oficiales que conocieron a Fiorella, llegaron a la misa para despedirla. Uno de ellos fue Johnatan Mora, supervisor de la delegación de Hatillo y quien había sido jefe de ella.
“Fue una muchacha muy activa, con mucha energía, muy feliz. Tenía mucho liderazgo. Era una persona que uno le encomendaba una misión y sacaba la mejor tarea. Cuando pasó lo de su enfermedad, siempre la vi echando para adelante”, recordó.
Mora expresó que la salida de González de la Policía fue un golpe muy fuerte. “Para ella fue súper duro porque decía que nació para ser policía. Estaba enamorada del trabajo y eso contagiaba a muchas personas que tal vez no tienen esa energía para trabajar o servir al país. Fue un proceso demasiado difícil”, agregó.
Carmen Gómez Campos, policía y exsuegra de Fiorella, la recordó como una mujer decidida y valiente.
“Dio todo por su hija, por luchar por ella. Una mujer emprendedora, excepcional. La primera mujer en Centroamérica con un trasplante de dos pulmones”, indicó.
Testimonio de vida
En una entrevista con Noticias Columbia, en junio del 2022, Fiorella nos habló del significado de su tatuaje.
“Son un tesoro (los pulmones) y los tesoros brillan. Es algo que me va a representar mientras viva. Es el más grande tesoro que Dios me regaló: unos pulmones nuevos”, expresó en aquella oportunidad.
El padecimiento de fondo era un misterio para Fiorella. Fue tratada en el servicio de Reumatología por una enfermedad autoinmune que inicialmente los médicos creían que se trataba de un tipo de lupus
Con los años desarrolló una fibrosis pulmonar que degeneró significativamente estos órganos vitales.
Sus problemas de salud se remontaban al 2013. Comenzó con una tos seca, persistente incluso por años.
Contó que un día, se quedó “morada” corriendo 100 metros. Los dedos de las manos se le empezaron a hacer como “bolillos de tambor”; más protuberantes en la punta por la mala oxigenación.
Ella dijo que se aferró a Dios en su proceso de enfermedad y su actitud era un ejemplo para otras personas.
“Todos tenemos que creer en algo. Si usted no cree en Dios se respeta pero si usted quiere creer en usted mismo, en su potencial… yo pienso que la clave de cualquier enfermedad es tener una actitud positiva, correcta y hacerte amiga de tu enfermedad, no enemiga”, recalcó Lizano hace poco más de un año.
Fiorella tenía estudios en Relaciones Internacionales y Derecho. Ella había expresado que ponerse metas académicas le ayudaba a luchar por su vida.
“Estaba tan segura que empecé a invertir en el estudio y no llevé mi mente a la enfermedad. No me enfoqué en eso. Sí lo veía importante, pero me dediqué a vivir mi vida estudiantil a darme una oportunidad en la universidad de estudiar lo que yo quería”, comentó.
A través de redes sociales como Tik Tok, Fiorella daba su testimonio y también compartía actualizaciones sobre su estado de salud.
