Su madre, Dixiana Mena, es la entrenadora de ambas y actualmente ayuda a otros jóvenes atletas.
La familia Vargas Mena es sinónimo del éxito deportivo en Costa Rica. Tanto Andrea, como Noelia Vargas, son dos jóvenes que participaron en las Olimpiadas celebradas en Tokio durante el 2021.
La mayor de las hermanas, Andrea, se especializa en los 100 metros con vallas, disciplina en la que ha logrado medallas de oro en juegos panamericanos. Por su parte, Noelia practica 20 kilómetros marcha.
Su madre, Dixiana Mena, es también la entrenadora profesional de ambas jóvenes. Actualmente, tiene un equipo de cerca de 25 jóvenes a quienes entrena. Ella señaló que fue fundamental inculcar la importancia del deporte desde la niñez.
“Desde la niñez, en donde lo primordial para nosotros, tanto para mí como para mi esposo, fue seguirlas a ellas, escuchar qué querían hacer y dónde querían ir. Siempre con valores y con integridad. Desde pequeñitas les enseñamos que si querían actividad física, era muy bonito e importante, pero teníamos que llevar las cosas en orden, principalmente el estudio. Desde pequeñitas se les enseñó bastante a tener sus prioridades y llevar un deporte como algo secundario, que implementara esos deseos de entrenar, de correr, de participar y de, en muchas ocasiones, representar al país”, contó Mena.
La familia es oriunda del cantón de Puriscal, en San José, lugar donde dio inicio el amor por el deporte. Para Andrea Vargas, empezar en esta comunidad fue muy importante en su carrera.
“Empezar en Puriscal, yo siento que es lo mejor que me ha pasado. Muchos piensan que es un lugar muy alejado, que tal vez no tenemos las instalaciones adecuadas, pero hay mucho talento. Lo que a mí me ha enseñado estar en Puriscal es que hay personas demasiado trabajadoras y talentosas que han tratado de buscar sobresalir por sus propios medios. Nosotras hemos implementado lo mismo. Desde pequeñas empezamos a entrenar en el Estadio Luis Ángel Calderón y ahí nos metíamos, donde estaban los muchachos entrenando fútbol y yo entrenando lo que tenía que entrenar en atletismo”, recordó Vargas.
Sin dudas, los Juegos Olímpicos impulsaron el reconocimiento de la familia dentro del deporte costarricense. Noelia Vargas contó que agradecen el valor que se le ha dado a su trabajo en sus respectivas disciplinas.
“Nosotras iniciamos en el deporte y al principio creo que solo los atletas o entrenadores nos reconocían un poco más. Ahora sí es un poco más externo y con los Juegos Olímpicos sí fue todavía un poco más, pero creo que es muy bonito todo el apoyo que nos han dado últimamente y que nos reconozcan, que reconozcan nuestro esfuerzo. Para mí es muy bonito que nos reconozcan eso como familia. Creo que es un trabajo que no es de la noche a la mañana y la gente nos tiene muchísimo aprecio. Yo y creo que también Andrea y mi mamá lo agradecemos mucho”, señaló la marchista.
Finalmente, Andrea Vargas señaló que muchas personas les han dicho que han logrado inspirar a sus niñas.
“Muchas niñas nos han dicho que también quieren correr o se sienten inspiradas. Yo también fue niña y yo me acuerdo de ver a figuras muy importantes del país teniendo muchos éxitos en el área deportiva. Yo quería ser como ellos, quería esforzarme para llegar ahí. Obviamente, yo sé que también hay muchas niñas y niños viéndolo a uno que quieren llegar a ser como una u otros deportistas que también están muy bien a nivel nacional”, agregó la atleta.
