El defensor Rafael Rodríguez, aseguró que ese fue el comentario que le hizo Mauricio Víquez Lizano cuando observó una imagen de Josué Alvarado, el denunciante de los delitos sexuales por los cuales este miércoles condenaron a 20 años de prisión al exsacerdote.
“Don Mauricio, hoy día dice, que conoció a la persona. Le mostré la foto del muchacho y en realidad dice que nunca lo ha conocido”, expresó.
Rodríguez añadió que estudiará la sentencia completa para presentar una apelación en contra de la resolución del Tribunal conformado por Willy Escalante Quirós, Henry Castro García y Ana Patricia Mora Arias.
“Las mismas justificaciones que el Tribunal da y las mismas justificaciones que da la Fiscalía nos dicen que hay elementos para creer una situación diferente”, indicó.
Los hechos ocurrieron en el año 2003, en instalaciones de la parroquia de Patarrá de Desamparados, cuando Alvarado tenía solo 11 años.
Los jueces creyeron en su testimonio al considerarlo consistente y argumentaron que Víquez se aprovechó de una persona en condición vulnerable, por su edad y porque el menor buscaba ayuda por las necesidades económicas de su familia.
A lo largo del proceso, el abogado Rodríguez expuso la tesis de que los hechos no pudieron suceder como relató la víctima porque Víquez había dejado de laborar en la parroquia para las fechas señaladas en la acusación.
No obstante el Tribunal sostuvo que dos de los delitos, violación agravada y abuso sexual, sí se dieron en el período que señaló el denunciante entre julio y agosto de ese año.
La tesis de la defensa es que Víquez y Alvarado no coincidieron en ningún momento en la parroquia y por ende, no era posible que el excura lo hubiera agredido sexualmente.
“Nosotros demostramos que el padre no estaba durante agosto y setiembre y el segundo hecho que el Tribunal está teniendo por acreditado es un hecho que en juicio quedó determinado se dio en la segunda semana de agosto”, explicó.
