Luis Guillermo Solís y Rafael Ángel Calderón, manifestaron que el respeto es lo fundamental en la discusión de dichas diferencias.
Las diferencias entre la Contraloría General de la República y las distintas administraciones es algo que siempre ha existido, ya que la función del ente es revisar y velar por el buen uso de la Hacienda Pública.
Expresidentes consultados por Noticias Columbia aseguraron que durante sus gestiones habían momentos en los que no entendían el porque de algún argumento del contralor o contralora, sin embargo esto no era motivo para generar un debate público elevado de todo como el que se ve actualmente, entre el mandatario Rodrigo Chaves y la Contralora, Martha Acosta.
El expresidente del periodo 2014 – 2018, Luis Guillermo Solís indicó que la contraloría es el garante del control en la administración pública y como órgano auxiliar de la Asamblea Legislativa se ampara en que la relación con el Ejecutivo no debe de ser amistosa.
“Es decir no puede haber confraternidad en los vínculos porque se trata de precisamente garantizar que los recursos públicos se utilizan adecuadamente, pero en todo caso las relaciones tienen que ser respetuosas y tienen que atender esa normativa”
Solís agregó que a lo largo de sus 4 años en la administración, en varias ocasiones se tuvo que sentar a conocer ya acatar las recomendaciones expuestas por la contraloría.
“En mi administración la relación con la contraloría fue de esa naturaleza, respetuosa, tuvimos diferencias, tuvimos que explicar mucho, dialogar más y en ocasiones no fue posible conciliar la opinión de la de la contraloría con la opinión de la presidencia, pero eso en ningún caso llevó a ningún tipo de exabrupto frente a la contraloría, cuyas observaciones y recomendaciones siempre fueron acatadas como corresponde en un estado de derecho y como le digo sin que necesariamente haya habido coincidencia en todos los casos”.
Por su parte el presidente entre 1990 -1994, Rafael Ángel Calderón manifestó que él siempre mantuvo una excelente relación con los dos contralores que tuvo que trabajar, acatando las disposiciones del ente.
“De mucho respeto de aceptar por supuesto sus fallos sin duda alguna, durante mi periodo hubo dos contralores muy buenos los dos uno fue don Elías Soley que venía de gobiernos anteriores y el otro nombrado durante mi administración fue Don Samuel Hidalgo, un gran señor también, con quien tuvimos la mejor relación de respeto y de aceptación siempre de las disposiciones de la contraloría”.
