El geólogo, Guillermo Alvarado Induni, conversó con Noticias Columbia acerca de las característica de la zona montañosa afectada.
El deslizamiento ocurrió en alta montaña del Parque Nacional Juan Castro Blanco. Debido a esta situación, desde el pasado 17 de julio comenzaron los impactos de cabezas de agua en Aguas Zarcas de San Carlos.
El experimentado geólogo, Guillermo Alvarado Induni, se refirió a las condiciones de la zona que influyeron para que se diera este derrumbe que ha sido calificado por la Comisión Nacional de Emergencias como el más grande de la historia reciente en la Zona Norte.
Alvarado, quien es uno de los voceros del Colegio de Geólogos de Costa Rica, dijo que el deslizamiento corre en un área con “alteración hidrotermal”. Esto significa que hay antiguas fumarolas por ser una zona volcánica.
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Añadió que hay una mina de azufre, actualmente cerrada, que fue explotada en la década de los años 40, en el siglo pasado.
“La presencia de esta zona, con alteración hidrotermal, fomenta que las rocas se transformen en arcilla y, a la hora en que se transforman en arcillas, claramente son susceptibles a deslizamiento en una región tropical lluviosa”, explicó.
Alvarado detalló que a estos factores de lluvia y condición de suele se suma la “topografía abrupta”.
Consultamos al especialista si es correcto decir que, en la región afectada, el suelo “se suavizó”.
“Sí, claro. A la hora que ocurren estos deslizamientos en material saturado en agua, una vez que se desliza se comporta de una masa a prácticamente un detrito (fragmentos) y después claramente se canaliza por el río Aguas Zarcas para bajar por el cañón del mismo nombre”, respondió.
Apariencia de los troncos
El geólogo también explicó una de las dudas que han surgido con respecto a la enorme cantidad de troncos que bajaron en las cabezas de agua y por qué lucen limpios o cómo si estuvieran “procesados”.
Algunas personas cuestionaron incluso de si el deslizamiento se dio en una zona “talada” o “deforetada”.
Alvarado indicó que la apariencia de los troncos es normal en estas circunstancias. Observó el mismo fenómeno cuando ocurrieron corrientes de barro en el terremoto de Cinchona y el Huracán Otto.
“A la hora que estos árboles, que obviamente son de una selva virgen, entran en este flujo de barro, la erosión interna limpia los troncos de todas las ramas. Las ramas pasan a formar parte del detrito fino, junto con el barro. Ocurre una molienda por así decirlo de manera coloquial y lo que queda es el tronco que es lo más resistente”, afirmó.
¿Influyó la sismicidad?
Alvarado comentó que en la zona del deslizamiento existe la falla Aguas Zarcas, identificada desde 1988. También hay otra menor que se llama Porvenir.
Sin embargo explicó que no hubo ningún sismo importante que “haya disparado el deslizamiento”. “Por lo menos no hasta ahora ha sido identificado”, agregó.
Foto: Cortesía de Coopelesca.
