La selección mexicana volvió a “poner orden” en la CONCACAF, le ganó la final a Panamá y levantó por novena vez la Copa Oro (bajo este nombre), máxima competición a nivel regional, doceava vez contando los 3 títulos que consiguieron bajo el nombre anterior de la competencia.
Los primeros 45 minutos fueron dominados en su mayoría por los aztecas, tanto en posesión como en ocasiones, incluso lograron concretar una, con un balón al área desde el sector derecho, que remató Henry Martin y puso arriba al “tri” por un momento, posteriormente la jugada fue revisada y anulada gracias al videoarbitraje por una posición ilicita al inicio de la misma.
Los canaleros por su parte, optaron por transiciones rápidas de defensa a ataque, como medio para generar peligro, aunque sin efectividad.
Por ello, el 0-0 se hizo presente en el marcador hasta el descanso.
Para los segundos 45 minutos, Panamá salió a imponer el estilo de juego al que los dirigidos por Thomas Christiansen nos han acostumbrado, transformando el encuentro a uno de ida y vuelta.
Ambos equipos realizaron sus variantes para intentar romper el empate a 0, Jaime Lozano, entrenador mexicano, hizo ingresar al minuto 85 a Santiago Gimenez, delantero del Feyenoord neerlandés.
Esta variante no pudo salirle mejor, ya que tan solo 3 minutos después, luego de una recuperación de la zona baja azteca, un pase profundo del mediocampista Orbelín Pineda y una muy buena jugada, con potencia, velocidad y buena definición de Gimenez, para abrir así el marcador a tan solo 2 minutos del final del tiempo regular, valiéndole así a los aztecas, para levantar una vez más la Copa Oro.
Con esta, ya son 12 ediciones consecutivas que el título se lo deja, o México o Estados Unidos, los verdaderos grandes de la CONCACAF.
Para Panamá fue su tercera final perdida.
